(Versión mía del Decálogo del artista escrito por Gabriela Mistral)
I. Amarás la belleza, que es santa por si misma.
II. No hay arte teísta. Todo el arte verdadero se crea por su propia necesidad y se justifica a si mismo, sin necesidad de cantar a ningún ser supremo. Incluso cuando le cante, será arte por sí mismo, si lo es, y no por cantar a ese ser divino.
III. Darás la belleza como alimento para los sentidos, que son la forma en que todo es conocido por la mente.
IV. Será justo para el artista envanecerse de su arte.
V. Será justo para el artista exponer su obra a otros y vivir de ella.
VI. Bajará de tu mente a tu canto y siempre estarás insatisfecho, pues la obra nunca responderá del todo a lo que había en tu mente, pero el esfuerzo de acercarte a esa idea hará tus obras cada vez mejores.
VII. Tu obra encontrará eco en los otros, si es verdadera, pues todos somos uno.
VIII. No darás tu obra al público como se da a luz a un hijo, sino como quien le ve partir de casa ya mayor e independizarse. No ofrecerás ninguna obra que no esté formada, terminada, dentro de lo posible.
IX. Será justo para el artista, o para el contemplador del arte, consolarse en el arte, encontrar refugio en él, un consuelo a sus penas o dolores. Si el arte es opio adormecedor y no exalta, también es arte.
X. De toda creación saldrás orgulloso, aunque sea inferior a tu sueño, pues el esfuerzo de acercarte al sueño te habrá mejorado, y mejorará poco a poco tus obras.
© José Alfonso Pérez Martínez, 2012
El decálogo de Gabriela Mistral puede consultarse aquí
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