MÁS QUE A TODO
Más que a la bella ciudad de los turcos,
en el lugar donde se unen los mares,
más que a sus templos, calles y bazares,
más que a los cuerpos que encierran sus muros,
que placeres delicados o rudos
ofrecen para gozar como zares,
más que a los tés y viandas de sus bares,
más que a todo lo que mucho duró,
y más que a lo que duró nada, o poco,
te he deseado a tí, mi sulamita,
a tus pechos cual cántaros de miel,
a tus crueles, profundos, negros ojos,
a tu boca que mi deseo excita,
y a tu alma, que no consigue ser fiel.
-José Alfonso Pérez Martínez, 25 de febrero de 2013-
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