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viernes, 21 de marzo de 2014

Adolfo Suárez, a las puertas de la muerte



A Adolfo Suárez le quedan, según parece, horas de vida. Soy admirador de su figura. Uno de los últimos hombres de Estado que han habido en España (entendiendo hombre de Estado como aquel que antepone el interés del Estado al suyo propio). La transición, con sus aciertos y sus errores, es en gran parte obra suya. Se quemó en esa lucha. Luego vinieron los golpes personales: las muertes por cáncer de su mujer y de una de sus hijas, tal vez todo eso aceleró su deterioro mental. Triste fue ver que un intelecto semejante, capaz de maniobrar en el acuario de pirañas que fue la España de la transición, se hundía en las tinieblas del alzheimer. Grande de España, pero de los de verdad, y no de los que meramente ostentan ese título. 



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