Cuando veo las cosas que han escrito ciertas personas de derechas, y las que han escrito otras de izquierdas, me alarmo ante la aparente deriva hacia la barbarie de unos y otros. Se habla de apalear a abortistas o de ahorcar a ministros sin recato alguno. Busco, desesperado, la moderación. Graves insultos y amenazas son proferidos pretendiendo ampararse bajo el paraguas de la libertad de expresión, y son luego justificados o defendidos por los seguidores del ofensor, en un preocupante ejercicio de seguidismo partidista acrítico. Muy preocupante.
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