Respecto a lo primero, en España hay una sola nación: España.
Reflexionando sobre ello el otro día pensé que, de haber, habría en todo
caso tres o cuatro llamemoslas identidades seudonacionales, no 17: La
castellana-asturiana-leonesa, que incluiría también Galicia, la Rioja, Cantabria,
Murcia y por supuesto Madrid; la vasco-navarra; la
aragonesa-valenciana-mallorquina, que incluiría también a Cataluña; y,
si acaso, la andaluza, que podría ir
englobada con la castellana o aparte, formando otra, teniendo en cuenta
aspectos como el mayor tiempo de estancia allí de los invasores
musulmanes, mayor tiempo que performó de otra forma aquella tierra y sus
gentes. Respecto a Venezuela, no es exagerar dar importancia a que un
dirigente de un país hermano ignore los resultados de las legislativas
de 2015 y que pergeñe una asamblea legislativa de partido único, de su
partido, para sustituir a la asamblea legítima, que le es hostil. Si lo
hiciera un dirigente de derechas, le llamarían tirano. Como lo hace uno
de los suyos, exageramos.
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