En parte llevan razón los que como Luis Antonio abogan porque el movimiento indignado entre en el sistema, sin duda el sístema puede cambiarse mejor desde dentro que desde fuera. La pregunta es: ¿el entrar en el sístema no puede hacer también que el sístema corrompa a gran parte de los indignados que entren en su juego? No parece necesario, por otra parte: basta con que los partidos sepan escuchar, con que la sociedad escuche, interiorice y vote en consecuencia. Los philosophes como Rousseau o Montesquieu no necesitaron adquirir un asiento en ningún parlamento regional o nacional de Francia para que muchas personas interiorizaran la necesidad de abolir el absolutismo regio y de instaurar una división de los poderes. Ellos provocaron la Revolución y un cambio de sístema sin necesidad de entrar a formar parte del sístema absolutista. -Montesquieu sí formaba parte del sístema absolutista, como consejero en el Parlamento de Burdeos, pero ello no es óbice para mi tesis: él no contribuyó a cambiar el sístema desde ahí, sino a través de sus escritos-.
Creo que no deben entrar, el principio que defienden quedaría diluido, pienso que son reivindicadores, que aportan como debe ser la nueva sociedad y nuevas ideas, son un moviento de denuncia de lo que se ha hecho mal, para que se haga bien, para que los estadistas tomen nota, pero no creo que deban entrar si quieren mantener su espíritu.
ResponderEliminarEso pienso yo también, compi
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