Esta es la historia de un cambio radical: de cómo un prestigioso neurocirujano, narcisista, egoísta y materialista (en el sentido más prosaico, pero también en el filosófico) se convierte en alguien dispuesto a sacrificarse por los demás, en alguien que pasa a creer en cosas de las que se burlaba: el espíritu, o la magia, de la que llega a convertirse en maestro. En este viaje Benedict Cumberbatch encarna al viajero, el doctor Stephen Strange. La película es espectacular, con escenas mareantes de edificios que giran y se descomponen que deben mucho a aquella "Origen" del maestro Nolan, pero sin la actuación de Cumberbatch la película no pasaría de un bonito despliegue de efectos visuales. Cumberbatch es quien otorga credibilidad, quien la convierte en una historia potente de aprendizaje y cambio. A destacar las gotas de humor que salpican la película. No perderos la escena post-créditos. Aunque hay aspectos que divergen del cómic (el personaje del anciano, por ejemplo, ahora es una anciana) la fantasía de aquellas historias ha pasado intacta a esta película.
¡Muero por verla! Soy fanática de Benedict Cumberbatch desde Sherlock.
ResponderEliminarEso sí, dudo de que con un recién nacido pueda ir a disfrutarla al cine...
Un saludo, amiga. Ojalá puedas verla pronto, de cualquier forma.
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