Yo soy ateo, pero creo que, si la creencia en un dios es sincera, no hay corrupción o maldad en creer en él y en enseñar sobre él. Sobre esto, he de decirlo, me he moderado. A mí, ahora, lo que me molesta es la impostura, la hipocresía. Hay que mostrarse al mundo como se es, con respeto a otras formas de ser (siempre que esas formas no empleen o justifiquen la violencia o el abuso).
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