En 1931 se celebraron elecciones municipales y los republicanos consiguieron mayoría en los consistorios de muchas grandes ciudades de España (no así en la totalidad del país). Para no abocar a España a una guerra civil entre partidarios de la República y defensores de su persona, Alfonso XIII se dirigió a Cartagena y desde allí partió al exilio. En 1941, diez años después, falleció en Roma. La guerra civil española había ocurrido de todas formas y el mundo estaba en llamas por la Segunda Guerra Mundial.
En 1975 falleció el dictador Francisco Franco. En 1978 los españoles aprobaron en referéndum la actual Constitución. El 19 de enero de 1980 Don Juan, Conde de Barcelona e hijo de Alfonso XIII, se dirigió al puerto de Cartagena para recibir los restos mortales de su padre, que así, casi cincuenta años después de su exilio y casi cuarenta de su fallecimiento, volvía a la patria por la misma ciudad que le había visto partir. Después Don Juan escoltó los restos paternos hasta el monasterio del Escorial, donde se depositaron junto a los de la mayoría de los reyes que ha tenido España desde hace quinientos años.
Se han cumplido recientemente cuarenta años de la vuelta de Alfonso XIII a su país, y este año se cumplen ochenta de su muerte y noventa de su autoimpuesto exilio.
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