Por estar contigo

Blog personal de José Alfonso Pérez Martínez

"Estas líneas escribo,
únicamente por estar contigo"
(Luis Cernuda)

lunes, 30 de mayo de 2011

Triple es el paso del tiempo
















Fragmento de un poema mío antiguo. El poema en general no me gusta mucho, pero sí esta parte:


Subir a Knossos por el impresionante acceso sur,

a través del profundo barranco y el majestuoso pórtico escalonado,

y llegar a la estancia más hermosa,

el Salón de las Dobles Hachas en el Este del palacio;

subir los once escalones de Faistos

como hicieron hace siglos hombres que hoy son sólo polvo.

Triple es el paso del tiempo, como dijo Schiller.



Ilustración: Pintura mural, en el Palacio de Knossos

viernes, 27 de mayo de 2011

Etapas de la trayectoria artística de los Hermanos Marx

Los Hermanos Marx en 1957. De izquierda a derecha: Harpo, Zeppo, Chico, Groucho y Gummo.

El genial Harpo Marx, en su autobiografía ¡Harpo habla!, resume las diferentes etapas de su vida artística y las de sus hermanos. Helas aquí. Algunas de ellas van ilustradas con alguna foto.

1. Groucho Marx como solista: niño soprano y actor. Groucho debutó en 1905, con 15 años de edad.
2. Dúo sin nombre: Groucho y Gummo.
3. Los Tres Ruiseñores: Groucho, Gummo y Lou Levy.
4. Los Cuatro Ruiseñores: Groucho, Gummo, Lou Levy y Harpo.

Los Cuatro Ruiseñores en 1908. De arriba a abajo: Groucho (aún no había adquirido sus característicos bigote y habano), Harpo, Gummo y Lou Levy

5. Las Seis Mascotas: Groucho, Gummo, Harpo, un cantante bajo y dos cantantes femeninas (a veces las cantantes eran Minnie, madre de los hermanos Marx, y la tía Hannah).
6. Los Hermanos Marx en School Days: el mismo elenco que en 5, con la posterior incorporación de Chico.

Los Hermanos Marx en 1913, en la época de "School Days". Groucho ya lucía su característico "look".

7. Los Hermanos Marx en School Days y Mr. Green's Reception. Mismo elenco que en 6.
8. Los Hermanos Marx en Home Again. Mismo elenco que en 7, con Zeppo como sustituto de Gummo cuando llamaron a este para ir a la 1ª Guerra Mundial.
9. Los Hermanos Marx en On the Mezzanine. Los mismos que en 8, más coro de chicas, bailarines, actores a los que se pagaba por caerse, dejarse mojar...
10. The Marx Brothers Shubert Revue. Los mismos que en 9, pero con menos chicas, bailarines y actores, y con la incorporación de Minnie, la madre.
11. Los Cuatro Hermanos Marx en Broadway: I'll Say She Is (Diré que ella lo es), The Cocoanuts (Los cuatro cocos) y Animal Crackers (El conflicto de los Hermanos Marx). Los mismos que en 9 y aún más, y una rubia a la que se pagaba por dejarse perseguir por Harpo.


Los Hermanos Marx en "Animal Crackers", en su época en Broadway. Groucho, Harpo, Chico y Zeppo.

12. Los Cuatro Hermanos Marx en Paramount Pictures. Más de todo y de todos.
Películas de los Marx para la Paramount: Los cuatro cocos (1929), El conflicto de los Marx (1930), Pistoleros de agua dulce (1931), Plumas de caballo (1932), Sopa de ganso (1933).

Los Hermanos Marx en 1931

13. Los Tres Hermanos Marx en M-G-M Pictures. Zeppo dejó el grupo. Películas de los Marx en M-G-M: Una noche en la ópera (1935), Un día en las carreras (1937), El hotel de los líos (1938), Una tarde en el circo (1939), Los hermanos Marx en el oeste (1940), Tienda de locos (1941), Una noche en Casablanca (1946), Amor en conserva (1949).

Los Hermanos Marx en 1939

14. Dúo sin nombre: Chico y Harpo (actuaron en clubes nocturnos, fiestas benéficas. ferias estatales, exposiciones ganaderas...).
15. Grucho Marx como solista: escritor, cantante, presentador de programas en radio y televisión.

Groucho presentando "You bet your life" en los años 50

domingo, 22 de mayo de 2011

Midnight in Paris (2011)


Esta nueva película de Woody Allen es, en primer lugar, una declaración de amor a la Ciudad de la Luz. Luego, una reflexión sobre la necesidad de valorar el presente y de atrevernos a vivir como realmente sentimos que debemos hacerlo.

Owen Wilson interpreta a Gil, un guionista de Hollywood que está escribiendo su primera novela y que está por unos días en París con Inez (Rachel McAdams), su prometida. La fascinación que siente Gil por París, sobre todo por el París de los años 20, no es compartida en igual medida por Inez. La magia se cuela en el film cuando una medianoche los ocupantes de un coche antiguo invitan a Gil a subir y éste se ve trasladado al París de los años 20, donde conocerá a sus grandes ídolos literarios (F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway) y a otros grandes artistas, como Pablo Picasso, Dalí, Buñuel...

Gil es el típico personaje que interpretaba el propio Allen: titubeante, nervioso, inseguro. Emprende un proceso de autoconocimiento ayudado de una forma u otra por varias mujeres (Inez, Adriana, la guía del museo, Gertrude Stein, Gabrielle). Es la típica película de Allen que sin embargo nunca nos cansamos de ver.

jueves, 19 de mayo de 2011

Los Indignados están cargados de razón

Los Indignados abarrotando la Puerta del Sol de Madrid, 18 de mayo de 2011


"...Nosotros los desempleados, los mal remunerados, los subcontratados, los precarios, los jóvenes… queremos un cambio y un futuro digno. Estamos hartos de reformas antisociales, de que nos dejen en el paro, de que los bancos que han provocado la crisis nos suban las hipotecas o se queden con nuestras viviendas, de que nos impongan leyes que limitan nuestra libertad en beneficio de los poderosos. Acusamos a los poderes políticos y económicos de nuestra precaria situación y exigimos un cambio de rumbo..."

Comunicado de prensa de “Democracia real YA” (17/05/2011)

LOS MISERABLES

El poeta Juan Ramón Barat nos ha enviado a unos cuantos este texto sobre ciertas ratas, autorizándonos a divulgarlo. Leed, leed:

LOS MISERABLES


Van vestidos con chalecos y cascos reflectantes y llevan una bolsa con botes de pintura o sprays. Forman grupos de cuatro o cinco individuos. La gente de Lorca los ve recorrer las calles, sorteando escombros, pisoteando cascotes, vadeando cintas y vallas que prohíben el paso.

Lorca, asolada por varios terremotos, parece una ciudad bombardeada y estos hombres del chaleco van catalogando los diversos grados de la catástrofe. Como si marcaran en un estadillo el número de ilesos, heridos, muertos y desaparecidos en una guerra macabra –valga la redundancia-. Lo indican con colores: verde, amarillo y rojo. Los del ejército (Unidad Militar de Emergencia) son unos verdaderos ángeles caídos del cielo, aunque no lleven alas y vistan de negro, porque se están dejando la piel en la tarea, arriesgando su vida al entrar en las casas que pueden venirse abajo de un momento a otro. Cuando se topan con el infierno de lo irremediable, le ponen un matiz fúnebre al asunto del cromatismo: pintan directamente con un círculo negro, que significa más o menos lo que el mismo color sugiere: pozo negro o cataclismo integral o muerte súbita.

Los hombres del chaleco reflectante o los del UME, decíamos, recorren la ciudad con los botes de pintura y marcan una cruz o un círculo en las fachadas o junto a las puertas de los edificios y las casas. La gente los rodea, los sigue, acecha sus movimientos, habla con ellos con el corazón encogido, el alma en vilo, los ojos al borde de las lágrimas, porque del color de la cruz o del círculo depende el nivel de la desgracia. Se puede entrar en la casa sin problemas, aunque haya desperfectos (verde); se recomienda no entrar o entrar con mucho cuidado, pero salir enseguida (amarillo); no se puede entrar porque las estructuras del edificio han sido gravemente dañadas y hay peligro de derrumbe (rojo); se prohíbe el paso, este edificio va a ser demolido en breve (negro).

Lo curioso del caso es que muchísimos de los edificios coloreados de rojo o negro son de reciente construcción. Como suena. Estamos hablando de uno, dos, tres, cuatro o cinco años de antigüedad. Algunos, incluso, aún no han comenzado a ser habitados.

El terremoto de 5,1 grados habido en Lorca a las 18:50 h. el pasado miércoles, día 11 de mayo, ha dejado al descubierto las miserias no sólo de los edificios sino de los arquitectos, ingenieros, constructores, maestros albañiles, contratistas, promotores y otros personajes del mundo del ladrillo, que nos han dado gato por liebre. No sé si el lector me estará entendiendo. En vez de poner 1.000 kilos de hierro para sujetar la estructura estos miserables han empleado 500 kilos. En vez de colocar hormigón o cemento armado, han usado arena tonta. Y así sucesivamente. Pero no contentos con esa estafa, se dedicaban a vender esos pisos treinta veces más caros de lo que a ellos les costaba. Dicho de otro modo, un piso podía costarle al constructor entre 50 ó 70.000 euros aproximadamente. Pues bien, los vendían por 240, 250, 260 ó 270.000 euros, céntimo arriba, céntimo abajo, según cómo y dónde, en las fechas en que fueron puestos a la venta. Es decir, en los años de las vacas gordas, previos a la gran crisis actual. Que el lector saque sus conclusiones.

Estos indeseables que se han dedicado a llenarse el bolsillo robando e inflando el mercado inmobiliario, conchabados con los banqueros y otros alienígenas corruptos de los que hablaremos otro día, son los responsables de la burbuja especulativa y de la bancarrota económica y moral en la que estamos sumidos. Pero no sólo eso. Como digo, el terremoto ha puesto al descubierto las miserias de los edificios de paja que estaban construyendo. Por si el lector no lo sabe, un edificio debe ser capaz de soportar el achuchón de un terremoto de unos 7 grados en la escala Richter. Y estos no han aguantado ni uno de 5,1.

¿Quiénes son estos constructores, promotores, ingenieros o arquitectos? Lorca no es tan grande. Pueden contarse con los dedos de las dos manos. Todo el mundo los conoce. De hecho, algunos cometieron la osadía de colocar una placa con su nombre junto a la puerta del edificio donde ahora los hombres del chaleco reflectante y los del UME han dibujado un círculo rojo o negro.

Estoy convencido de que si el célebre Víctor Hugo, uno de los más grandes escritores de todos los tiempos, saliera de su tumba, no dudaría en utilizar todo este material (de derribo y humano al mismo tiempo) para acometer la segunda parte de su famosa obra Los miserables.

Espero que esto no se quede en agua de borrajas, que es lo que suele suceder siempre en este país. Tal vez no sea una mala idea que los propios afectados, esos hombres y mujeres que han visto desmoronarse brutalmente su casita de papel –perdón por la metáfora-, acudan a los tribunales y presenten las demandas pertinentes para que se depuren responsabilidades civiles y penales. En algún lugar tiene que haber un juez dispuesto a hacer justicia –lamentablemente la frase no es un pleonasmo-. Estos miserables deben ser juzgados, y no sólo por lo sucedido sino también por todo lo que podía haber ocurrido. Porque si el terremoto hubiera dado un arreón un poquito más fuerte, sin necesidad de llegar a la magnitud de los 7 grados, Lorca no sería hoy una triste ciudad en ruinas. Sería un inmenso cementerio en ruinas.



Juan Ramón Barat

Escritor independiente


www.juanramonbarat.com


18 de mayo de 2011


Nota al margen: Bien escrito está lo que denuncia el amigo Barat. Pero es que, además, ha saltado la noticia de cierto constructor, que merecería el premio al miserable entre miserables, que pinta el simbolito verde en sus edificaciones, borrando los símbolos amarillos o negros que los ingenieros militares o los técnicos municipales les adjudican. La noticia: UN PROMOTOR MARCA DE VERDE SUS PROPIAS CASAS.



miércoles, 11 de mayo de 2011

Papel de Humbert, hallado tras su muerte



¿Me amó Lolita alguna vez?
Sospecho que no fue nunca realmente mía
Y que, pese a todo, nunca logré arañar de ella
Mas que leve superficie... a veces,
Creí que me amaba, pero sólo era
Juego perverso o simple interés...
¡Tanto conseguía con una caricia sola!
Y ella lo sabía, sabía que estaba en sus manos,
En sus uñas lacadas de niña golfa...
No maté a Quilty por venganza,
Por rencor a quien me arrancó a Lolita...
No, lo hice por envidia, por pura envidia
De saber que él tuvo lo que yo no tuve:
El corazón de Lolita y no su cuerpo sólo.



-José Alfonso Pérez Martínez, 27 de agosto de 2003-

lunes, 9 de mayo de 2011

Lo que nunca muere

El poeta José María Álvarez dedicó este poema a otro gran poeta, Jaime Gil de Biedma. Fue escrito poco después de morir este y se publicó en "El botín del mundo" (Renacimiento, 1994):



JAIME GIL DE BIEDMA


El oro de los tigres

-Jorge Luis Borges-



Hoy, 11 de mayo de

1990, borro

tu nombre, tu dirección y tu teléfono

de mi agenda; ya nunca

volveré a llamarte o a escribirte.

Ahora, durante el tiempo que nos quede

algunos amigos recordaremos ciertas noches compartidas

de alcohol y conversación, y en alta

voz diremos tus poemas.

Después también nuestros nombres

serán borrados por alguien en su cuaderno

de direcciones. Después, un día

en alguna antología, un joven

para quien serás sólo un nombre,

sentirá cómo con la lectura de tus versos

late su corazón y la emoción de la poesía

toma su cuerpo.

Todos, y ese joven también, y otros después, seremos

un día borrados.

Pero no HIMNO A LA JUVENTUD.

Pero no PANDÉMICA Y CELESTE,

Pero no AÑOS TRIUNFANTES.


© José María Álvarez



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