Hay mucho para analizar en esa obra. Para empezar, no es un cuadro que pueda trasladarse a otro lugar. Es un fresco, o sea una pintura sobre pared. Por tanto, permanece en el mismo lugar en el que fue pintado hace más de quinientos años, una pared de un convento de Milán (Italia). Fijaros en que en la parte de arriba la pared se quedó sin pintar. Los sucesos de la época afectaron la realización de la obra (el ducado de Milán era entonces disputado entre España y Francia, y el duque de Milán que pagaba a Leonardo por su arte, Ludovico Sforza, fue derrocado por los franceses en 1499). Así que la pintura de este muro quedó inacabada, porque Leonardo perdió a su mecenas. Por suerte pudo llegar a terminar la parte principal de la obra, que es la representación de la última cena.
Otro aspecto es que los 12 apóstoles están divididos en cuatro grupos de 3 apóstoles por grupo. El 3 es un número sagrado en muchas religiones. En el catolicismo existe la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo). La Sagrada Familia también son tres (la Virgen María, San José y Jesús). Jesús resucita al tercer día después de su muerte. San Pedro niega tres veces a Jesús. Etcétera. En el fresco de Leonardo, al fondo, hay tres ventanas que se abren al cielo.
Jesús tiene la mano derecha con la palma hacia abajo, hacia lo terrenal, y la izquierda hacia arriba, a lo celeste. En el cuadro "La escuela de Atenas", de Rafael (obra una década posterior a la de Leonardo) Platón señala hacia el cielo y su discípulo Aristóteles al suelo. A Socrates y Platón se les ha llamado precristianos por sus ideas sobre el mundo de las ideas y los arquetipos, mientras que Aristóteles es un filósofo más terrenal, más interesado por las cosas del mundo físico.
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