1212. Batalla de las Navas de Tolosa. Pedro II de Aragón acude al llamado de Alfonso VIII de Castilla. Con Sancho VII de Navarra vencen, los tres, al califa almohade Muhammad an-Nasir.
1213. El Papa ha declarado herejes a los cátaros. Viven la mayoría de ellos en Occitania, en torno a la ciudad de Albi, en territorios de la Corona de Aragón o de vasallos suyos. El Rey de Francia manda a Simón de Monfort a la zona para destruir a los herejes. Seguramente a Pedro II intentarían convencerle para no proteger a unos herejes. Pero él piensa que, sobre todo, son sus vasallos y él, su señor feudal, obligado a protegerles. Acude, y en Muret es derrotado y muere.
Deja a su hijo Jaime menor, huérfano, heredando la corona. Un pequeño Rey que llegará a ser el gran Rey Jaime I el Conquistador, el que arrebató Valencia a los musulmanes. Creo que en las Navas y en Muret transmitió Pedro II a su hijo dos mensajes, como herencia inmaterial:
1- Es bueno acudir en ayuda de otros monarcas cristianos, sobre todo si es para combatir a enemigos comunes, y más si son infieles.
2- Pero: es necesario acudir al socorro de quienes se encuentran bajo nuestra protección, sin importar qué fe profesen, aunque así combatamos a otros cristianos, o si incluso así perdemos la vida.