Hoy he solucionado un lamentable hueco que había en mi colección de libros de poesía, comprándome el monumental volumen que reúne los poemas publicados durante nada menos que 68 años por Pablo García Baena, figura central del grupo Cántico y fundamental correa transmisora, junto a sus compañeros de grupo, de toda una forma de entender la poesía, en exigencia estética, entre la generación del 27 y los que continuaron esa exigencia de belleza verbal en los años 60 y 70. Abro al azar el volumen y me encuentro un poema deslumbrante, perteneciente a su libro "Antes que el tiempo acabe", de 1978. Dice, inmejorablemente, así:
NOCHE OSCURA
San Juan de la Cruz
Porque es de noche y va cayendo el agua
nos abrazamos, solos, en el viejo
regazo del sofá en tanto suena
la voz de Nat King Cole, triste y cálida
rama de broncas ascuas crepitantes
en la garganta humana de los discos.
Aunque es de noche duerme en su litera
de angustia el senescal, ora dormido
el obispo yacente sobre el laude
y en su cama de ruedas duerme el ciego.
Dormido el mundo, tú y yo velamos
solos sobre la tierra, porque es noche
y el agua vierte pura hondo sueño.
Un humo de durmientes nos acerca
las bocas... Calla tu corazón al miedo
aunque es de noche y está frío el planeta
con nosotros y el bosque de esa música
tupiendo yedras alrededor nuestro.
Llamas somos de un sueño largo y torpe
que los tendidos sueñan silenciosos
desde el catre postrero de la tierra.
Sólo es real el vaso rebosante
de mi sed, aunque el agua está manando
y es noche para siempre, noche oscura.
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