No es ésta la primera antología dedicada al ilustre novísimo cartagenero José María Álvarez. Aunque durante mucho tiempo no hubieran antologías de su obra - como tampoco se oyera su nombre al anunciarse a los honrados con los grandes premios de la poesía - , el surgimiento de auto nombrados discípulos de Álvarez está poniendo fin al menos a la primera injusticia. Ellos han dado a prensas antologías como "El oro de los tigres" (2015), realizada por Noelia Illán para la cartagenera editorial Balduque, o "El vaho de Dios" (2017), de Alfredo Rodríguez, para la sevillana Renacimiento. Pero estas antologías previas, realizadas con cariño por discípulos suyos, recogían sólo aspectos parciales de la obra de Álvarez: la de Illán, poemas inspirados en ciudades amadas (su natal Cartagena, Roma, Alejandría, Barcelona, Budapest, París, Estambul, Venecia); la de Rodríguez más específicamente veneciana.
Ésta de 2020, también realizada por Alfredo Rodríguez, es la primera antología de Álvarez que ofrece un panorama total de su obra poética. Una obra marcada por conceptos que el propio Alfredo resume en el estupendo prólogo: inteligencia, belleza, cultura, viajes, libros, música, cine, refinamiento, individualismo, libertad, amistad, conversación, virtus, exceso y mesura, el héroe y su derrota (pero aún la grandeza en esa derrota). Yo añadiría la deuda a sus maestros, citados con frecuencia, llámense Borges, Montaigne, Kavafis o Ezra Pound.
La antología se titula "Puertas de oro". Es el título de un poema de Álvarez sobre la caída de Constantinopla (página 202 en la edición de "Museo de Cera" de 1984 de la Editora Regional de Murcia) que yo escogí en 2012 para recitar en el homenaje a Álvarez que se hizo en las puertas del Museo Ramón Gaya de Murcia. Tanto hay, tantos momentos gozosos de lectura, que van unidos en mí a la obra de Álvarez. Y a la de Alfredo Rodríguez, que ha unido a su vez su nombre al del maestro en ésta o en su otra antología de él, "El vaho de Dios" (ya citada), o en libros de conversaciones entre ambos como "Exiliado en el arte" (2013) o "La pasión de la libertad" (2015). Tengo todos estos libros sobre mi cama ahora y pienso que conforman un mapa para navegantes. Para quien no se quiera perder en estos tiempos deleznables sino encontrar una vía segura de cultura, buen gusto y libertad. De buen criterio e inteligencia. Una obra que cita altos nombres, que lleva a otros buenos puertos. "Puertas de oro" es la última parada, de momento, en este itinerario. La última muestra también de aprecio de un alumno, Rodríguez, a su maestro, un maestro que a su vez ha ofrecido sobradas muestras de reconocimiento a sus propios maestros, como aquel célebre homenaje a Pound en Venecia. Todo es intertextualidad, referencias, signos para viajar a felices destinos, para huir de la ramplonería del mundo.
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