-Reseña publicada originalmente en Que no amanece nadie el 22 de abril de 2010-
En la Cádiz asediada por los franceses de 1811 un misterioso asesino está matando de forma brutal a chicas jóvenes: criadas, prostitutas... el no menos brutal comisario Rogelio Tizón se empeñará en la captura del asesino.
Al mismo tiempo, Lolita Palma, la heredera de una rica casa comercial gaditana, trata de salvar su negocio, afectado por la revuelta de las colonias y por la guerra contra los franceses, y para ello contratará como corsario a Pepe Lobo, un personaje típico de Pérez-Reverte, un héroe cansado, harto de pesares y de lucha, con sus propios códigos de conducta, divergentes muchas veces de los imperantes.
Mientras, otros personajes peculiares, no menos fascinantes, entrelazarán sus historias y anhelos con los de los ya citados: el salinero Mojarra, adscrito como auxiliar en las tropas angloespañolas que defienden Cádiz; su hija Mari Paz, sirvienta en la casa de Lolita Palma; el artillero francés Desfosseux, obsesionado con problemas de trayectoria y alcance de sus obuses; el taxidermista Fumagal, que colabora con el enemigo; el profesor Barrull, culto compañero de ajedrez del comisario Tizón... en resumen, todo un tapiz de personajes singulares, cada uno con su importancia en el conjunto de la obra -ninguno sobra-, que conforman un nudo de argumentos que se entrelazan con maestría, en la que tal vez sea la más conseguida obra de Arturo Pérez-Reverte, un concierto coral donde ningún personaje desafina y que arrastra al lector, página a página, hasta el desolado final.
EL ASEDIO
Arturo Pérez-Reverte
Editorial Alfaguara
1ª edición: marzo 2010
727 páginas,
contando la de agradecimientos
y dos mapas: de la bahía
y de la ciudad de Cádiz.
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