Soneto que escribí el 11 de noviembre de 2010, fecha de su muerte:
Aunque sé que has muerto, Carlos Edmundo,
vivo sigues en tu soneto vivo,
y vivos tus cánticos y delirios,
tus conjuros gloriosamente impuros.
Muere un poeta como muere el sol,
ha muerto quien fue feliz y escribió,
quien oía sirenas y quien rió,
quien amó, quien fue truhán y señor,
ha muerto quien supo estar de rodillas,
quien besó, quien pronunciaba verdades
"con exaltación y cólera" viva.
Aquel poeta, profeta y amante
que no pocas veces murió ya en vida,
aquel de la noche hijo y de la sangre.
© José Alfonso Pérez Martínez
Aquí estoy, socio.
ResponderEliminarHermoso recuerdo.Me encantó el verso final. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Hugo, Vanessa. Abrazos!
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