Portada de la edición original
El mundo paralizado y lleno de humo gris y blanco
-Isabel Giménez Caro-
Acabo de releer las estupendas 10 planchas en formato gigante que componen "Sin la sombra de las torres", el cómic de Art Spiegelman (el primer historietista que obtuvo el Pulitzer) que representa su visión de los atentados que destruyeron las dos torres gemelas del World Trade Center y de los sucesos que vinieron después: la instrumentalización por parte de la Administración Bush de los atentados y del miedo de la población para invadir Irak. "Sin la sombra de las torres" es un documento único. Si Boecio se consolaba en la filosofía para soportar la prisión, Spiegelman se vuelve hacia los primeros cómics, las tiras de prensa de finales del XIX y principios del XX, para buscar, en esos cómics de un mundo más inocente, una consolación ante tanta tragedia. Dibuja en planchas grandes, como aquellas, y mete en ellas a personajes de esa época, como Happy Hogan. Art Spiegelman se dibuja a sí mismo, como vecino del Bajo Manhattan, como padre preocupado por su hija, estudiante de un instituto cercano a las torres, como ciudadano norteamericano aterrado primero, indignado después, sorprendiéndose a sí mismo en una ola de afecto por la ciudad, por unas calles, que, como ciudadano cosmopolita del mundo, nunca creyó sentir. Una obra quizá no tan destacable como aquella que le dio el Pulitzer, "Maus", pero que dice muchas cosas en sólo diez planchas, y que ha quedado ya como un testimonio importante de unos sucesos que sacudieron el mundo entero. La obra incluye, además de las diez planchas de Spiegelman, otras planchas de cómics antiguos.
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