-Reseña originalmente publicada en el blog Que no amanece nadie-
Sven Hassel (1917) es un danés que luchó en el ejército alemán durante la 2ª Guerra Mundial. Fruto de sus experiencias son una serie de libros (publicados en España hace años por G.P., hoy en día por Inédita) que retratan con toda crudeza la inhumanidad de la guerra. Si alguien sigue con ideas ilusorias de ver la guerra como algo glorioso debería leer este o cualquier otro libro de Hassel.
¿Qué hay de glorioso en hombres despanzurrados, convertidos en pulpa sanguinolenta por error por su propia artillería, qué en el joven soldado con la cabeza podrida de nacionalismo y de gestas que se cree muy valiente y que se caga -literalmente- en cuanto cae la primera lluvia de bombas, qué hay de elogiable o de honroso en el oficial que ordena a una columna de tanques seguir la marcha aunque sea aplastando con sus cadenas a civiles indefensos, a niños? ¿qué gloria reside en convertirse en algo peor que un animal, en olvidar la humanidad del otro por tener la cabeza llena de mierda nacionalista o simplemente por sobrevivir?
Por encima de las discusiones que inundan los foros de internet sobre lo que es cierto y lo que no en los libros de Hassel es evidente que una parte sustancial de lo que en ellos se cuenta es verdadero, extraído de las experiencias vividas en propia carne por el autor. Que luego éste haya adornado algo no resta valor, para mí, al nucleo esencial de sus relatos.
Leer los libros de Hassel es un ejercicio que se hace entre el horror, la sonrisa -por ciertos momentos de humor y camaradería, entre todo lo negativo-, y el simple asco de observar en qué se puede convertir el hombre, en qué puede convertirse cada uno de nosotros.
¿Qué hay de glorioso en hombres despanzurrados, convertidos en pulpa sanguinolenta por error por su propia artillería, qué en el joven soldado con la cabeza podrida de nacionalismo y de gestas que se cree muy valiente y que se caga -literalmente- en cuanto cae la primera lluvia de bombas, qué hay de elogiable o de honroso en el oficial que ordena a una columna de tanques seguir la marcha aunque sea aplastando con sus cadenas a civiles indefensos, a niños? ¿qué gloria reside en convertirse en algo peor que un animal, en olvidar la humanidad del otro por tener la cabeza llena de mierda nacionalista o simplemente por sobrevivir?
Por encima de las discusiones que inundan los foros de internet sobre lo que es cierto y lo que no en los libros de Hassel es evidente que una parte sustancial de lo que en ellos se cuenta es verdadero, extraído de las experiencias vividas en propia carne por el autor. Que luego éste haya adornado algo no resta valor, para mí, al nucleo esencial de sus relatos.
Leer los libros de Hassel es un ejercicio que se hace entre el horror, la sonrisa -por ciertos momentos de humor y camaradería, entre todo lo negativo-, y el simple asco de observar en qué se puede convertir el hombre, en qué puede convertirse cada uno de nosotros.
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