Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, Cristo crucificado (Museo del Prado)
UN HOMBRE SOLO, CLAVADO, MURIENDO
Y que no lo desclavasen,
que no blasfemaren,
que no lo bajaren,
sanasen, huyesen de allí.
Solo, sangrando,
clavado al madero lo dejaron.
Tal vez muchos han querido ser cristianos,
pese al absurdo evidente
de doctrinas y dogmas,
por un atávico remordimiento
de haber permitido,
sin hacer nada,
un mal.
José Alfonso Pérez Martínez, 25 de diciembre de 2011
Muy bueno.
ResponderEliminarGracias!!!
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