Estatua en un bosque de Hakone, al sur de Tokio.
Foto extraída de http://www.kirainet.com/bosque-budista/
Andar bajo la sombra
de árboles milenarios
hacia un vetusto templo.
Todo es allí quietud,
y en tu alma ves nacer
la calma soberana
que en la estatua de Buda
la sonrisa emanara.
Idéntica sonrisa
ves formarse en tus labios.
Te cierras en ti mismo
y así te abres a todo,
pues todo lo que existe
es hermano cercano.
El ave eres y el río,
el ciervo eres y el árbol,
siendo tú, sin salir
de ti, hallandólo todo
en ti, en lo que eres tú.
El árbol te cobija:
tú mismo te cobijas.
Sabes que aquel que daña
a la tierra, a sí mismo
se daña. Te levantas
y andas de otra manera,
pues ya no eres quien eras.
-José Alfonso Pérez Martínez, 6 de octubre de 2013-
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