19 de junio de 2014: Jesús Posada, Presidente del Congreso, toma juramento a Su Majestad Felipe VI, ante la mirada de Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno.
A los españoles, y los extranjeros, que piensan que una monarquía parlamentaria no es una verdadera democracia, les digo: ¡Nosotros SÍ tenemos democracia! Si decís que no, entonces tampoco la tienen Inglaterra, Suecia, Dinamarca, Holanda, Canadá... Pero un Jefe de Estado no es el jefe del ejecutivo, del gobierno. A este último le elegimos los españoles (y los ingleses, los daneses...) para que gobierne (y por eso somos democracias), mientras que el Rey, el Jefe de Estado, se educa para la más alta magistratura desde que nace. En esto se basa su ventaja sobre el presidente de una república, por eso hay tantas monarquías aún en el mundo. Es evidente que nadie es perfecto, Juan Carlos I se ha equivocado a veces y Felipe VI tal vez también lo hará. Pero la estabilidad institucional que otorga un monarca, y la preparación con la que llega a la jefatura del Estado, no puede tenerlas ningún presidente de república.
Pero, dicho esto, y ya lo dije en otro artículo de este blog, creo que convendría que el Rey, que tiene la indudable legitimidad dinástica y una gran preparación para su alto puesto, contara también con la legitimidad del pueblo. No con la que da el buen ejercicio del cargo, que esa habrá de llegar, si llega, con los años, sino la que da el consentimiento tácito del pueblo soberano. Lo que quiero decir es: Felipe VI haría bien en pedir al gobierno la realización de un referéndum monarquía-república, someterse así al pueblo desde el inicio de su reinado, pedir su consentimiento expreso para reinar.
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