Un amigo de facebook, seguramente algo triste o cabreado por algo que le ha pasado en su quehacer como profesor particular, ha preguntado qué diferencia esa tarea de la de puta o chapero. Ésta ha sido mi respuesta:
Un profesor particular ayuda en algo positivo a alguien, ¿no? Le ayuda a formarse. Una prostituta o un chapero, ¿en qué ayuda? Bueno, a lo mejor gracias a que con ellos se desfogan bastantes hombres hay menos violaciones, no sé, pero en realidad su trabajo no debería ni existir, si todos los hombres tuvieran la voluntad necesaria para controlar sus instintos. Digamos que un profesor particular es un currante de la ilustración, de la educación, aunque muchas veces ni él mismo perciba la dignidad de su trabajo. Un trabajador del sexo trabaja, por contra, en el reverso tenebroso, animal, del hombre.
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