Esta "Nosferatu" es la primera película que veo en el cine en 2025.
Es la cuarta película del director estadounidense Robert Eggers, después de "La bruja" (2015), "El faro" (2019) y "El hombre del norte" (2022).
Se trata de un "remake" de la película del mismo título de la época del cine mudo, dirigida por el director expresionista alemán Friedrich Wilhelm Murnau y estrenada en 1922. Murnau leyó la novela "Drácula", de Bram Stoker, de 1897, y quiso hacer una adaptación fílmica, pero para no pagar derechos a la viuda de Stoker cambió los nombres del vampiro y de todos los demás personajes. La viuda de Stoker, por lo que tengo entendido, emprendió una campaña de compra y destrucción de copias de la película, aunque por suerte (ya que se trata de una joya artística) no pudo destruirlas todas y la película llegó hasta nosotros. En 1979 se estrenó una versión de "Nosferatu" dirigida por Werner Herzog.
Este de Eggers es pues el tercer Nosferatu. En los papeles principales tenemos a Bill Skarsgard como el Conde Orlok, Nosferatu; a Lily-Rose Depp como Ellen Hutter, la joven a la que el vampiro atormenta y a la que desea; a Nicholas Hoult como Thomas Hutter, esposo de Ellen; a Aaron Taylor-Johnson y Emma Corrin como los Harding, matrimonio amigo de los Hutter. Del resto del reparto destacaría a Willem Dafoe, como el profesor Albin Eberhart, un tipo especializado en saberes ocultos que se salen de lo racional y académico.
Lo que esta película ofrece es el viejo combate maniqueo entre el bien y el mal pero que siempre gusta a quien está cansado de vivir en el mundo real, lleno de grises y de motivaciones no claras, no definidas claramente. Además tenemos una estética sombría donde la penumbra predomina pero donde la luz tiene relevancia. El poder de Nosferatu no se limita a lo físico, a la fuerza con la que se impone a sus víctimas. Él es una fuerza oscura capaz de actuar desde lejos, de provocar pesadillas, epilepsia, ataques de ansiedad o de auténtica demencia. El puede dominar mentes y almas. Él lleva la enfermedad y la muerte con él, es un auténtico demonio con una obsesión: la conquista total del alma y el cuerpo de Ellen Hutter. La actriz que hace de Ellen, por cierto, Lily-Rose Depp, hace yo creo una actuación memorable. Se trata de un papel que se presta a mucho lucimiento y ella no lo ha desaprovechado. Es de lo mejor de la película, que en general me ha gustado mucho.
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