Reseña publicada originalmente en El blog de Nazgul el 20-11-2008
Resulta difícil leer los dos primeros capítulos de esta obra, y resulta difícil seguir leyendo después de leerlos. Hay demasiado horror ahí, y demasiado profundo. No se trata de ese horror divertido de las películas de monstruos, sino de uno que no tiene cara amable alguna y que es muy real: el horror de las mujeres explotadas sexualmente. La obra, además, añade elementos que, uno tras otro, acrecientan más y más el horror, elementos, además, que parecen, tal como se presentan, muy factibles de darse o de haberse dado en la realidad. Las mujeres no son en esta obra secuestradas y explotadas por una mafia, ni por soldados en una guerra, sino por su propio gobierno, en un país teóricamente civilizado, que aunque no se dice explícitamente todo indica que se trata de Inglaterra. Se trata, además, de mujeres sin desarrollar, casi niñas, que son violadas y maltratadas sistemáticamente hasta la muerte, en un plan para evitar motines carcelarios y para mantener los privilegios de una familia aristocrática. Muchos de los que lean esta obra pensarán, seguramente, que cosas así no pueden pasar en un país civilizado, pero ¿no ocurrió en otro país teóricamente civilizado, Alemania, la suprema barbarie del Holocausto nazi? Y sin irnos a esos niveles de barbarie, la Historia da sobradas muestras de que en cualquier momento, en cualquier país, cualquier gobierno puede comportarse peor que cualquier mafia o banda criminal... y con mayores medios a su alcance.
No leí "Los carruajes..." pero no podía irme sin dejar al menos un comentario pequeñito... :)
ResponderEliminarJeje, gracias!
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