Hoy la ciudad amaneció mojada
lágrimas que no sé de dónde vienen
quién o quiénes nos dedicamos a fertilizar
el silencio de otros.
El tiempo otoñal, nublado,
la melancólica luz de las farolas
en el asfalto mojado.
Hoy amanecí llovido,
con una flor de tristeza entre las manos.
Descuartizo los grises con besos sin nombre
desplumo los días que nacen sin vocación navegable
aliento las alas que cortan los miedos
y llevo hasta tu nombre una esperanza que vuelque el sexo
sobre el inmenso Atlántico
Suda mi espalda un silencio de huesos y medusas
mi nombre se agiganta en las esquinas porosas del olvido,
hay un vuelo de redes que tropieza en cada vértigo.
la esperanza de tu océano se hizo naufragio o cangrejo
y acaricia los pantanos de mi nostalgia imposible...
Transité por olvidadas, anheladas orillas;
fui río y tambien fui el sueño de ese río;
fui los pájaros que antes quise ser y no había sido; fui destierrro y vela;
floté en un mar de sinsabores pero tambien fui el otro, el que quería;
tuve la palabra (ella la poesía)...
© Alexis Díaz-Pimienta, José Alfonso Pérez Martínez, Villo Argumánez, Noelia Tambornini, Fabricio Castañeda
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