Tiziano, Danae recibiendo la lluvia de oro (1553)
Museo del Prado (Madrid)
FUISTE POLVO DE ORO EN ESTAS MANOS
Hoy parece un engaño que fuésemos felices
al modo inmerecido de los dioses.
-Francisco Brines-
Fuiste polvo de oro en estas manos,
y, cual polvo de oro, entre los dedos
te me fuiste yendo, sin quererlo.
Contemplo los restos del incendio,
las brasas que del fuego quedaron,
y valió la pena haber ardido,
pese al dolor de ser después sólo
ceniza negra, rescoldo frío.
En mis manos fuiste polvo de oro,
de la vida don inmerecido.
-José Alfonso Pérez, 16 de enero de 2013-
Es un poema precioso. Me ha gustado mucho. ¡Abrazos!
ResponderEliminarMuchas gracias! :)
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