Estoy disfrutando mucho la biografía de Valle-Inclán escrita por Gómez de la Serna. Valle-Inclán era un hidalgo, un bohemio y un trolero, básicamente. Un ser un poco como el ficticio Barón de Munchausen, pero en persona real. Contaba por ejemplo que en América se batió en un duelo a muerte con un cacique indio por una mujer, o que un día se fue de paseo y cansado, se sentó en un tronco, que de repente empezó a moverse: era un caimán. Entonces le metió un dedo en el ojo y así pudo guiarle. Valle-Inclán, el jinete del caimán, que cosas. El libro de Gómez de la Serna abunda en estas trolas de Valle y en anécdotas al parecer reales, como cuando un día en Madrid iba con unos amigos por la calle y de frente vieron venir una manada de toros. El vaquero les instó a apartarse, pero Valle se quedó en medio de la calle, dejando que los toros pasaran a su alrededor. Preguntado por su actitud respondió, con su característico ceceo: "un hidalgo de mi linaje no ze aparta por unoz bueyez mizerablez ni tolera que le griten loz vaqueroz". Todo un personaje, Valle-Inclán.
Retratos de Valle-Inclán
La biografía de Valle-Inclán escrita por Gómez de la Serna
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