Este es un ensayo extraordinario. Baricco nos habla de unos bárbaros que no son como los del poema de Kavafis, no vienen de fuera, sino que han surgido en nuestra propia sociedad. Cuestionan los modos y valores de nuestra sociedad burguesa: el sentido obtenido con esfuerzo, por ejemplo, es sustituido por una búsqueda superficial de sentido. Baricco entiende a estos jóvenes bárbaros que rehúyen a Flaubert o a Chopin para refugiarse en Pulp Fiction o en las pelis de Marvel, los entiende como nadie y nos explica de qué van. Y el miedo que pudiéramos tenerles, al no entenderles -el miedo siempre nace de la ignorancia-, o el miedo que pudiéramos tener a que nuestras expresiones más amadas de cultura se pierdan -pues no son compartidas por estos bárbaros que habrán de sucedernos- es sustituido por la aceptación y la comprensión. Comprendemos mejor a estos bárbaros, entendemos mejor porqué son como son. Y, sabiendo que no podemos hacer nada para cambiarles, como el Ancien Régime no pudo evitar el advenimiento del nuevo mundo de la burguesía (nuestro mundo), sólo nos resta ponernos la Novena de Beethoven (mejor si en vinilo) mientras ojeamos un libro con láminas de Rossetti o de Ingres. Y tal vez servirnos un vino fuerte, de esos que ya no beben los herederos del mundo.
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