Por estar contigo

Blog personal de José Alfonso Pérez Martínez

"Estas líneas escribo,
únicamente por estar contigo"
(Luis Cernuda)
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viernes, 1 de junio de 2012

Escritor invitado: José Antonio Pamies


Fotografía realizada por Mery Caos

Al amigo José Antonio Pamies van a publicarle próximamente, si nada se tuerce, su libro Campos de hielo. Amablemente me ha autorizado a compartir el siguiente poema de dicha obra, como anticipo de la misma. Con el recuerdo de tantos momentos compartidos, amigo -desde que nos conocimos en Orihuela, en el homenaje a Miguel Hernández, a los recitales en el Princesa o en casa de Mª José- te agradezco este gesto y te abrazo, con la esperanza de volver a vernos pronto. 


MEMORIA DE LO ESTÁTICO

El viejo permanece en su sillón
como una calavera recompuesta,
el tiempo no es polvo ni fin deseado,
aquel amigo muerto que vive todavía
reafirma en la memoria
años sostenidos en el aire de siempre,
el tiempo no es nada para él,
una canción de hace cien años
asoma a sus ojos lágrimas de hoy,
todo se recompone, piensa,
y en el fondo es lo mismo que ayer.

© José Antonio Pamies Franco




jueves, 21 de abril de 2011

Escritor invitado: Tito Muñoz



El gran poeta Tito Muñoz me ha dado amablemente su placet para reproducir uno de los poemas de su último poemario, Sobras escogidas. Tito es un tipo humano, sencillo, cordial, sin ínfulas absurdas. Una rara avis del mundillo literario, tal vez porque precisamente no pertenece a ese mundillo, aunque lo frecuente o lo roce tangencialmente, tal vez porque no se ha olvidado de ser pueblo. Un insólito digno del blog de Joaquín Piqueras, una voz que habla con sencillez y maestría, con versos plenamente comprensibles, de las heridas y las glorias del hombre común.


Perdido

Me he perdido, señora.
¿Me puede acompañar, agarrando mi mano,
hasta un lugar donde alguien me conozca?

Recuerdo a una mujer haciendo sopa,
un ascensor que no llegaba al cielo,
unos hermanos queriendo y peleando,
un edificio que tenía entresuelo,
una vieja con manos de cartón
que hablaba de aquel buzo
-creo que era mi abuelo-.
Penélope tejiendo tapetes de ganchillo
sin Ulises viniendo de regreso.

Me he perdido y no tengo
un mapa de mi infancia,
comí aquel pan y no dejé miguitas
-no nadaba, señora, en la abundancia-.
Mónteme, por favor, en aquel tiovivo,
quiero dar vueltas en el coche de bomberos
y déjeme después, se lo suplico,
en el tercero primera de una casa ardiendo.

© Tito Muñoz, 2011



jueves, 31 de marzo de 2011

Escritor invitado: Milos de Azaola


Poeta español de sangre mestiza, Milos de Azaola (Tenerife, 1982) se asoma al mundo literario con osadía e ilusión. Autor del poemario inédito (de momento) Geografía del corazón, a Milos no le falta conocimiento de los grandes nombres de la poesía universal ni descaro para emularles.
Os ofrezco aquí su poema Vagabundo:


VAGABUNDO

¿por qué se dejan barba los hombres?
se preguntan las mujeres
no sé los demás, pero yo
me he dejado barba
porque es otoño y tengo frío
porque tengo frío porque tú no estás
porque tú no estás y por eso estoy triste
porque estoy triste porque es otoño
y no quiero ver mi cara triste
por todo esto me dejo barba
y porque desde que no te veo
soy un vagabundo
que no tiene adonde ir
deambulo como un fantasma
asustando a los transeúntes
con mi rostro espectral
me miran inquietos
se preguntan por qué
parezco un muerto viviente
veo en sus ojos
que los míos ya no brillan
me has dejado sin rumbo
doy patadas a las hojas
mientras me meso la barba
soy un vagabundo
antes me arreglaba para ti
pero ya no tengo para quién
y paso tanta hambre
que no puedo pensar con claridad
y no tengo fuerzas
para escribir más
porque estoy triste
porque tengo frío
porque tú no estás
porque es otoño

© Milos de Azaola


lunes, 5 de julio de 2010

Escritora invitada: María Teresa Cervantes


Entrada publicada originalmente en Que no amanece nadie el 11 de octubre de 2009


Mª Teresa y yo, en el centenario de la poesía dolorense (Casino de Los Dolores, Cartagena), 27 de marzo de 2009. Foto realizada por Mohammed Yassine Fendi.


Mi ilustre paisana y amiga María Teresa Cervantes (Cartagena, 1931) ha tenido la amabilidad de regalarme estos poemas inéditos, pertenecientes a poemarios aún no publicados, para presentarlos como primicia en este espacio. Si en uno de sus primeros poemarios, "La estrella en el agua", de 1962, el prologuista, José Fuentes Ruiz, definía los poemas de María Teresa, en palabras de Sainte-Beuve, como "una gota de esencia en una lágrima de cristal"... esto mismo siguen siendo ahora, tantos años después, si bien su voz lírica se ve ahora enriquecida, como no podía ser de otra forma, por las innumerables experiencias, viajes y lecturas que han marcado el alma de nuestra poeta, dando a sus versos una hondura característica, uniendo a su esencialidad una especial luz que sólo el tiempo forja. Sin más preámbulos os dejo con estos inéditos, no sin recomendaros que visitéis la página web de María Teresa, que he tenido la suerte de confeccionar, y que aún habremos, poco a poco, de ir completando: http://mariateresacervantes.webs.com/


Del libro Al fondo de la escena -inédito-:

AQUELLA triste historia :
la nostalgia por un tiempo perdido
que mis brazos quisieron retener
oscilando en mis sueños y en las rosas.

Ese deseo tierno de un jardín ideal
sólo habitado por mí.
Último otoño, reciente todavía,
en que de memoria supe
una página de Tácito.

----o----

INVENTAR otro espacio:
aquí las bellas margaritas
con pétalos de entonces.
Noches evadiendo sombras,
una nostalgia distinta.

Y reinventar al hombre de otro modo
–trágico protagonista del mundo-,
encerrado en un destino
que nunca fue opcional.

El que imagina voces y se sabe demente
(los silencios del cosmos)
y huye, huye, huye…
aun sin contar con nadie.

Esa hora distinta que nunca alcanzaría,
los secretos que tanto le oprimieron
escuchando el lamento
de pájaros heridos, incurables.

----o----

MÁS allá de mi cuerpo
he respirado vida.

Mas se advierte una luz
antes de que amanezca.

Hay un silencio que me recorre entera.

Hoy huelo a eternidad,
a oscuridad de abismo:
recuerdos adheridos a la noche.
Siento un peso de abismo
entre mis párpados.

Abro el cajón donde mamá guardaba
sus pañuelos bordados,
su mantilla de encaje.
Y la fotografía
con su mano a mi espalda.

Mi amor se quedó anclado
en el último bucle de sus largos cabellos.

Entre sus uñas pálidas:
el más sencillo esmalte del augurio.

----o----

YO era ¿quién? Nunca lo supe,
ni aún después de haber sido la que soy.

Concebida cual niña solitaria,
novela irrepetible,
por siempre inacabada.

¿Quién pudo ser su verdadero autor?


Del libro La sombra que me acompaña -inédito-:

HUBO ocultas razones
por si acaso el amor
sorprendía de frente.

Te conté muchas cosas
junto a un balcón de edad muy avanzada.
Yo miraba el espacio, el gran recinto.

Frente a mí contemplo todavía
la consola de roble que me daba otra imagen.

A través de un espejo oxidado de edades
mi imagen se emborrona,
tampoco a ti te veo.
Aún quiero imaginarme
buscando esa otra imagen
que nunca encontraría.
La entrada, el gran sillón
con más años que nunca
y ese olor a pasado en gris y negro:
la borrosa pantalla que permite
reconciliar la vida y la no vida.

----o----

LAS rosas apenas cumplen días.
El florido rosal
se tiende tiernamente hacia mi mano
y me deja un perfume
de poniente sereno.
Voy caminando a solas
desde dentro de mí.
Quizá no me parezca
a la que tú escuchabas en la lluvia,
a la que tú escribías
para saber sus cosas.
Ahora ha anochecido y tú te muestras otra,
otra que ha ido perdiendo
su terso rostro nácar,
el azul de sus ojos de crepúsculo.

Pienso en aquellos días con púrpura y metal
en tu viejo balcón.
Mas hoy se ha hecho tarde y tú no llegas.
Tu portal está oscuro, tu ventana cerrada.
Transitan transeúntes por la calle:
figuras enlutadas.

¿Se habrá muerto María?

El recuerdo es de fuego y arde en mí.

----o----

QUÉ difícil ahora
pensar lo que tu pienses,
el fragor angustioso
que se hunde en la noche.
Ya nada será igual, ni tus zapatos,
ni tu traje de otoño,
ni aquellos versos tuyos
rayando por el lado de las hojas caídas.

Dime en qué recientes páginas
anotas tus poemas de ese mundo de ahora,
si aún recuerdas tus más bellos instantes,
tus apacibles días, si existe allá un mañana.

Hoy quisiera leerte
mis últimas quimeras,
con pausado sonido. Explicarte
que he cruzado las calles de La Unión
y no te he visto.

© María Teresa Cervantes, 2009

domingo, 4 de julio de 2010

Escritora invitada: Juana J. Marín Saura


Foto: Juana y yo en el recital de ella en Cartagena del 3 de diciembre del 2009

Juana J. Marín Saura (1953) nos viene desde las orillas del Segura. Murciana, poeta, amiga, ha querido entregarme a mí, amigo reciente, estas flores de su jardín, ofrendadas a otros afectos más profundos, en tiempo y en conocimiento.
Podeís encontrar a Juana aquí o aquí, o entregada a algún sueño lírico, de aquellos que se enredan en el corazón de los poetas como Juana, seres perplejos, enamorados de la palabra, ateridos pero expuestos, voluntariamente, a la intemperie de la voz, de las sombras, de la luz...


TEXTOS DE JUANA J. MARÍN SAURA:



Chillida

-A J. Javier Iriberri Ramalle…
y al escultor Eduardo Chillida in memoriam-


Sabes bien, que desde ayer

nos une la misma pena:

Tu amado Cantábrico, en un arrebato de aire,

ha perdido el aliento de Chillida.

Lágrimas de sal, brotan

afligidas de El Peine de los Vientos.

Huracanadas brisas acuden sin respuesta.

Único, el consuelo que todavía nos salva:

La silueteada presencia de

nuestra sombra entre las rocas.

Invulnerable, ante el paso de los años.


-------------


X HAIKÚ

(O "Javieradas japonesas", por aquello de tu amor a Japón)


I

Hojas de nieve

sueños los del bonsái

cantan los grillos.


II

Era un manzano

precioso y diminuto

como diamante.


III

Árbol de noche

rama de luz que brilla

bajo la luna.


IV

La pequeñez de

sus ramas mirando al sol

como una nube.


V

De nuevo canto

recupero tus días

en mi memoria.


VI

Javier de alas

tú recuerdo como antes

sonrisa de agua.


VII

Ave de paso

corazón de cereza

bonsái de trapo.


VIII

Todo era jardín

entre amigos del alma

y risas blancas.


IX

El día pasa

florecido el bonsái

rayo de luna.


X

Javier es falso

diamante ciego en bruto

ni azul ni luna…


----------------


“Cuando cierro los ojos, apenas le reconozco…

¿Es posible que usted tenga también corazón…?”

(de autor que olvidé)


A Javier Iriberri Ramalle


ESTA MAÑANA

Un asco, mire usted, un completo asco… y una gigantesca estupidez que me dirija a alguien capaz de pasar estas palabras por el forro de la cremallera, pero… esta mañana me he levantado con los cables cruzados, es más mis cables sueltan chispas por llevar otro muerto a mis espaldas, tener que tachar otra dirección en mi agenda y estar muy enfadada, muy enfadada, muy enfadada, muuuyyy enfadada por que el ángel de los días, decidiera a primerísima hora, llevar con él, otro amigo “del alma”.

Merde, merde, merde…Ya sé que eso “del alma” también se lo pasa por el arco del triunfo.

De todos modos no me importa atacar ¡Total, lección bien aprendida! No sé para qué le escribo… Tenga feliz… -en breve- cumple… año…


-------------



Te crecen los enanos



Por medio de las notas musicales,

te convoco.

A través de las violas de gamba y sus arcos,

te convoco.

Desde las montañas y los árboles

te convoco.

Mediante la luna y su gris hechizo,

te convoco…

Frío, cruel, iceberg. Témpano…

Egoísta en brazos de su farsa.

Injusto trepador de balcones huérfanos.

Diariamente, -desde que nada importas-

nacen miles de estrellas en mi casa.

En cambio a ti, ya lo ves…

en tu huerto, en tu casa, en tu pantalla…

cada día te crecen más enanos.



-----------------




V Poemas para Salvador



I

¿Qué pensarás cuando despiertes

de este largo y mal sueño

para ir en busca de la luz?



II

¿Qué pensarás después

de los ya dormidos árboles

que lloran tu larga ausencia

sin imaginar tu tiempo

sin estar?


III

¿Qué nube te tomará de la mano,

del brazo,

después de tantos días

abrazado a la sombra del sin sentido?



IV

¿Qué dolor explicará

la cima de los astros

cuando despiertes libre

¡al fin!

y sin guardianes que observen

cada uno de tus gestos?



V

¿Qué ilusión sobrevivirá

a la maldad del diablo

que apresó tu tiempo

feroz y sin permiso?

¿Qué… ángel…

mantiene… en cofre de oro…

tu… memoria…?



------------------




Habitan ángeles


-A Eduardo Carrasco y su “Chiquillo”-



Te dije: habitan ángeles, estoy segura,

en los extremos más altos de los mástiles.

Son los que transforman el cálculo en silencio

cuando al atravesar la bocana del puerto,

suavemente,

con extrema exactitud, deslizan el velero,

hasta su punto de amarre. Ángeles habitantes de las olas,

que se mecen al sol, apoyados en las velas del barco.

Ángeles rayos de luz, en medio de la mar,

cuando atardece.

Protectores siempre los ángeles ¿recuerdas…?

para cuando naveguemos, a pesar del mal tiempo

y alguna que otra tormenta.




ⓒ de los textos: Juana J. Marín Saura, 2009

miércoles, 30 de junio de 2010

Escritor invitado: Matías Lloréns


Matías Lloréns es un joven adinerado y apuesto que trabaja como repartidor sólo porque se aburre contando dinero en su gran mansión de Unquillo (Córdoba, Argentina). Nah, en realidad no tiene grandes posesiones, salvo su insultante juventud, sus impresionantes dotes como poeta y narrador (dotes que mejoran día a día) y, según él, unos "tremendos ojazos". También, el amor de Agus Zoni, lo que no es asunto baladí. Así que en realidad, al fín y al cabo, nuestro amigo Matías sí que puede presumir de poseer riquezas más grandes que el oro del Perú. Envidiémosle mientras leemos Côte d' Ivoire, increíble prosa poética inspirada por esa africana Costa de Marfil salvaje y profunda.


CÔTE D'IVOIRE

Despojada de la mano de Dios. El primer pensamiento que le asalta la cabeza a uno ni bien pisa esa tierra es eso. Sobre el lugar, el clima, la gente. Todos están sueltos a su propia miseria, a la inercia propia de la vida, y no hay Dios ni nada ni nadie con la fuerza suficiente para ponerlos en ningún lugar. No hay nada que se asemeje al orden. Una sola enorme tormenta.

Dios fue tan cruel que hasta los despojó de la historia.

Les dejó, eso sí, la terrible ironía y la poesía. La fuerza y la fiereza. Como una especie de fiebre corriendo siempre por debajo de la piel, esperando por estallar. Bajo el implacable sol, el ébano nace, crece y se muere, sueltos de toda esperanza, presos de esa animalidad tan vital que parece mover este continente de forma errante.

Costa de Marfil. Cuanta poesía homicida en ese nombre. Cuanta ironía entre estos hombres de ébano y tan nacarado elemento. Tanta noche negociando a la luz del día el destino de esas bestias indómitas. Tanta muerte. Tanta violencia traspasando las barreras de la época y de la memoria. Tantos músculos y energías puestos en bandeja al desperdicio y la egolatría.

Son hombres altos, fuertes. Sacados de un molde perfecto. Hermosos. Libres. Más libres de los que podría ser cualquier europeo. Violentos. Sexuales. Mil veces más perversos que la fantasía más pérfida que pueda verse en París. Lujuriosos. Racistas. Ciudades ardiendo bajo la mirada atenta de esos que se rodean de oro, prostitutas y acólitos. Humildes, trabajadores. La vida yéndose con cada día mientras trabajan sobre cadáveres enormes acariciados por el amor.

Son mujeres bellas. La más exquisitas que he podido ver. Son ellas la razón de toda esta lujuria. De esta violencia. Son las madres de un continente oculto, silencioso. Son las dueñas de esta tormenta.

© Matías Lloréns 2010

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