Estoy leyendo ahora un libro sumamente interesante. Se titula Yo, el rey y es una obra de 1985 de Juan Antonio Vallejo-Nágera sobre el rey José I de España, hermano del emperador Napoleón I. La compuso usando numerosos textos de aquella época: memorias, correspondencia... Por eso, pese a ser una novela, tiene valor histórico. Un ejemplo: en un momento dado de la novela se recoge la opinión de Talleyrand sobre la guerra en España, que expresó al coronel Gaspard de Clermont-Tonerre y que aparece en las memorias de éste. Dice Talleyrand:
Parece imposible que España, invadida antes de que ni siquiera pueda apercibirse de ello, privada de sus príncipes y de su gobierno y de sus principales plazas fuertes, con un ejército mediocre en número y aún peor en calidad, sin concierto entre las provincias y casi sin posibilidad de establecerlo, pueda soñar ni por un momento en resistirse, oposición que significaría irremediablemente su total ruina.
Está claro que Talleyrand, inteligente y sagaz político, no estuvo aquí muy acertado, subestimó la capacidad de sacrifio y resistencia de los españoles.
Poco después hace decir Vallejo-Nágera a José I, refiriéndose a Carlos IV y a Fernando VII: presumen con necio orgullo de tener la cabeza vacía. En esto Carlos IV y Fernando VII no hacían sino parecerse a la mayoría de españoles de su época. Aún muchos son así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario