Hoy fui a una performance poética en mi ciudad, Cartagena, en la que Diego Mattarucco y Raquel Ferrer nos ofrecieron algunas de sus composiciones. A Diego le debo hablar de él aquí, en mi blog, por algo que ha pasado al final del acto (lo que fue, queda entre él y yo), aunque, si no hubiera pasado nada, si no le debiera nada, igual hablaría de él, porque Diego es un artista, un poeta, un showman. A Diego no le gustan las etiquetas (no te acates etiquetas, dice) pero artista, poeta o showman no son, para mí, etiquetas: son títulos de nobleza. Si pasa por tu ciudad, si anuncian una performance o acto en donde aparezca su nombre, acude, y cómprale su libro, Soliloquios de loco, luego me lo agradecerás.
Comparto ahora una de sus poesías:
AMENO AMÉN HUMANO
Que la soberbia no te sorba
ni la avaricia sea tu vara.
Que perezca tu pereza
y tu gula no coagule.
Que la ira no te are,
la lujuria no te injurie,
y la envidia, vil embudo,
de tus pasos no sea pan.
Que templanza sea tu templo,
paz y ciencia tu paciencia;
que venero generoso
te humedezca de humildad.
Caridad encara ahora,
sencillez ensilla ahora
y dirige diligente castos actos,
justo costo de tu paz.
Amén.
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