De su obra Memoria del trasluz (Editorial Tres Fronteras, 2008)
LA MÁSCARA DE AMOR
Para Angélica
Yo a mi amada nuevica la veía,
qué clara la veía
en el lienzo del aire.
Y fue sentir entonces en mi rostro,
pegado, otro semblante,
como una santa máscara caliente...
... amada de mi ayer, y yo era tú
mirándome.
Ay, pudiera
desde este ver en ti,
caerme a los maitines de la muerte.
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