Esta obra es una comedia de Shakespeare, mucho más conocido por sus tragedias. Es una comedia porque todo se resuelve bien, pero es, como dijo Victor Hugo y recuerda José María Álvarez en su ensayo Sobre Shakespeare, una tragedia en potencia, una tragedia que se resuelve en comedia. La situación forjada por el malo, Juan, hermano del príncipe Pedro, podría haberse resuelto en tragedia, si el compromiso de Benedicto ante Beatriz, de hacer pagar a Claudio la ofensa, hubiera acabado con el asesinato de Claudio a manos de Benedicto o viceversa. El descubrimiento luego de la inocencia de Hero y de la perfidia de Juan habría convertido además en absurda, y por tanto en más trágica, la muerte de Claudio o la de Benedicto. Pero Shakespeare, que tenía una estupenda tragedia entre manos, decidió, por esta vez, que triunfaran el amor y la justicia, y así nació ésta, tal vez su mejor comedia. Yo tengo dos ediciones diferentes: una en castellano y otra en inglés, publicada por Penguin Books. Hay dos estupendas adaptaciones fílmicas: la de Kenneth Branagh de 1993, que es luminosa y alegre, y la de Joss Whedon de 2012, más seria, y no sólo porque esté rodada en blanco y negro y la de Branagh en color. En la de Whedon nos damos cuenta más de la potencialidad trágica de la historia, mientras que en la de Branagh la injusta acusación a Hero y los tensos momentos posteriores son sólo unas nubes que empañan apenas el joie de vivre, la luminosidad y alegría, que imperan en el film.
Kenneth Branagh como Benedicto y Robert Sean Leonard como Claudio, en la versión fílmica dirigida por el propio Branagh en 1993
Amy Acker como Beatriz y Jillian Morgese como Hero, en la versión fílmica dirigida por Joss Whedon en 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario