Por estar contigo

Blog personal de José Alfonso Pérez Martínez

"Estas líneas escribo,
únicamente por estar contigo"
(Luis Cernuda)

lunes, 28 de septiembre de 2020

Strange Adventures nº 1



Tom King es un genial guionista de cómics. Es conocido sobre todo por su larga etapa como guionista de Batman, etapa repleta de buenos momentos. Pero yo creo que en lo que más brilla King es como rescatador de personajes de DC poco conocidos y prácticamente olvidados. Lo hizo con Míster Milagro, con los Omega Men y, ahora, con Adam Strange. Los saca de las tinieblas, los actualiza y los pone en situaciones totalmente alucinantes. Esta actualización se hace, además, homenajeando a los creadores de dichos personajes. En Míster Milagro recuerdo por ejemplo esa escena alucinante en que Scott Free pone su mano sobre la huella de Jack Kirby. En este primer número de Strange Adventures tenemos un texto de Carmine Infantino, quien no creó a Strange pero que sin duda aportó mucho al personaje en su primera etapa.

Strange pertenece a la estirpe de Flash Gordon o de John Carter: héroes humanos en planetas alienígenas. Lo contrario que Superman o el Detective Marciano, que son héroes alienígenas en la Tierra. 

Adam Strange es un arqueólogo de la Tierra que, por un misterioso rayo teleportador, es transportado a un lejano planeta, Rann, durante períodos de tiempo indeterminados. En Rann, Strange encuentra el sentido a su vida: se casa con la princesa del planeta, es padre y ayuda a defender Rann de ataques de otras culturas alienígenas. Siempre el rayo zeta le devuelve a la Tierra, pero él siempre espera a la siguiente vez que le devuelva a Rann.

De Adam Strange yo no tenía hasta ahora casi nada. Creo que sólo un tomito conteniendo la miniserie que hace bastantes años se hizo narrando la guerra entre Rann y Thanagar, el planeta de los hombres halcón. 

Lo que ha hecho King, en su línea, no es por supuesto la típica historia superheroíca. Si la hiciera, no sería Tom King. Lo que tenemos es un Adam Strange que está en la Tierra, presentando un libro autobiográfico en el que narra sus aventuras. De repente, un tipo que le atacó en público aparece muerto, y Adam tendrá que demostrar que él no lo ha matado. Es sólo el primer número de un total de doce, pero pinta muy bien. En el dibujo tenemos a Mitch Gerads, quien ya colaboró con King en Míster Milagro y en El sheriff de Babilonia.


viernes, 25 de septiembre de 2020

De los godos y la dinastía de los Baltos


Los godos eran dirigidos por reyes. Sin embargo, no había una sucesión padre-hijo cuando un rey moría, sino que la monarquía era electiva: a la muerte de un rey, los nobles godos se reunían y elegían, de entre ellos, al nuevo rey. Muy pronto dos dinastías se impusieron en estas asambleas: los Amalos y los Baltos. De tal manera que llegó un momento en que el rey elegido solía ser un amalo o un balto.

Procedentes de Suecia, los godos fueron un pueblo itinerante durante siglos. Primero cruzaron el Báltico (mar que seguramente recibió su nombre de los Baltos) y en el siglo I se establecieron en la actual Polonia, en la cuenca del Vístula. Ahí los sitúa Tácito en su Germania, obra escrita en el año 98. En el siglo III habían alcanzado las fronteras orientales del imperio romano, concretamente los Balcanes. En el siglo IV los godos pasaron a convertirse en foederati del imperio romano, con grupos numerosos viviendo dentro de las fronteras y cada vez más de ellos convirtiéndose en legionarios. En 378, sin embargo, hubo un terrible choque entre godos y romanos en que murió el emperador Valente (batalla de Adrianápolis). En esta época se produjo la división de los godos entre visigodos y ostrogodos. Los choques entre godos y romanos continuaron: en 410 el rey visigodo Alarico I, que era balto, saqueó Roma, la capital del imperio. Para quitarse a los visigodos de encima Roma les concedió amplios territorios en Galia (Francia). Allí estaban establecidos los visigodos cuando se produjo el gran ataque de Atila, rey de los hunos, sobre Roma. Los visigodos, viéndose también amenazados, decidieron aliarse a los romanos para vencer a Atila. En la batalla de los Campos Catalaúnicos, del año 451, visigodos y romanos vencieron a Atila. En la batalla resultó muerto el rey visigodo Teodorico I, que era balto, y allí mismo, en el campo de batalla, fue coronado su hijo Turismundo. Aunque dijimos que la monarquía goda era electiva lo cierto es que entre los visigodos los baltos consiguieron ser elegidos como monarcas durante casi un siglo y medio.

Estos fueron los reyes baltos de los visigodos:

Alarico I. 395-410. Saqueó Roma

Ataúlfo. 410-415

Walia. 415-419. El emperador Honorio le cedió la Aquitania, en Galia.

Teodorico I. 419-451. Expandió sus dominios galos por Hispania. Falleció ayudando a los romanos contra Atila. 

Turismundo. 451-453.

Teodorico II. 453-466.

Eurico. 466-485. Tras el destronamiento del último emperador romano de Occidente en 476 declaró independiente el reino visigodo de los nuevos amos de Italia.

Alarico II. 485-507. Perdió la vida en la Batalla de Vouillé, por la que los francos arrebataron a los visigodos casi todas sus posesiones en Galia. Los visigodos pasaron a Hispania. 

Gesaleico. 507-511.

Amalarico. 511-531.

Según el historiador Edward Gibbon la historia de los Baltos no acaba con el asesinato de Amalarico en 531: una rama de la familia subsistió en la Provenza, una pequeña región de Galia que permaneció en manos visigodas tras la perdida del resto de sus posesiones galas en 507 y que formó parte del reino visigodo de Hispania hasta su mismo fin en 711. En el siglo X encontramos a Poncio, Señor del Balzo, en la Provenza. "Balzo" vendría de Balto. Hasta el siglo XV hubo Señores del Balzo o de Baux, descendientes de Poncio. 

Poncio. 971-¿?

Hugo I. ¿? - 1059. Hijo de Poncio.

Guillermo I. 1050-1110. Hijo de Hugo I. 

Raimundo I. 1110-1150. Hijo de Guillermo I. 

Hugo II. 1150-1167. Hijo de Raimundo I. 

Beltrán I. 1167-1181. Hijo de Raimundo I. 

Hugo III. 1181-1240. Hijo de Beltrán I.

Barral I. 1240-1268. Hijo de Hugo III. 

Beltrán III. 1268-1305. Hijo de Barral I.

Raimundo II. 1305-1322. Hijo de Beltrán III.

Hugo IV. 1322-1351. Hijo de Raimundo II. 

Roberto I. 1351-1353. Hijo de Hugo IV. 

Raimundo III. 1353-1372. Hijo de Hugo IV. 

Juan I. 1372-1375. Hijo de Raimundo III. 

Alicia I. 1372-1426. Hija de Raimundo III. Murió sin hijos. 


domingo, 20 de septiembre de 2020

100 años de Benedetti: mis encuentros con él



Se cumplen 100 años del nacimiento del escritor uruguayo Mario Benedetti. Yo tuve dos encuentros con él. 

El primero fue en 1996. Ese año yo empezaba mis estudios en la universidad. Hubo un ciclo de conferencias en Cartagena, "Encuentros en el Mediterráneo", que dirigió Victorino Polo García, Catedrático de Literatura Hispanoaméricana en la Universidad de Murcia. El tema de las conferencias era el relato, la narrativa breve. Acudieron Guillermo Cabrera Infante, Mario Paoletti, Antonio Colinas y Mario Benedetti. Yo, ya digo, estaba estudiando en Murcia. Soy cartagenero, así que si iba a las conferencias en mi ciudad me perdería clases, pero decidí que iría por lo menos a la de Benedetti. Consultando el folleto del ciclo de conferencias veo que la de Benedetti fue el 16 de mayo de 1996, un jueves. Habló de cuentos suyos: Inocencia, Puntero izquierdo, Esa boca, La familia Iriarte, El amor no era sencillo, Los viudos de Margaret Sullivan. También explicó las diferencias entre cuento, novela corta y novela. Yo, en el turno de preguntas, le pregunté por el origen de su cuento La noche de los feos. Él dijo que un día vio a una fea por la calle y luego vio a un feo y pensó cómo sería una relación entre ambos. Incluyo foto con la dedicatoria que me dejó Benedetti en el folleto del ciclo. 

Poco después (¿1997, 1998?) Benedetti fue a Murcia. En esta ocasión fue a recitar poemas a la universidad. Tras el recital algunos fuimos, con una profesora, a verle al hotel en el que se alojaba. Estuvimos sentados con él en la planta baja del hotel, en torno a una mesa. Nos contó cosas de su juventud, de su educación. Una amiga le pidió que le dedicase un libro que ni siquiera era de él, de Benedetti, era de un autor romano (no recuerdo cual). El libro estaba en edición bilingüe, español y latín. Benedetti lo firmó a regañadientes. Dijo que él siempre había odiado el latín. Pero era muy amable y lo firmó.

viernes, 18 de septiembre de 2020

Muy bueno el último número de la Liga de la Justicia

 


El Erradicador, obcecado en la idea de salvar la raza kriptoniana, ha traído a los daxamitas a la Tierra. Los de Daxam, descendientes de kriptonianos (Daxam es un planeta colonizado por kriptonianos mucho antes de la destrucción de Kripton), tienen su misma genética y, bajo el sol amarillo de la Tierra, han obtenido los mismos poderes de Superman. Ahora, dirigidos por el Erradicador, emprenden la aniquilación de los humanos para quedarse con nuestro planeta y hacer de él un nuevo Kripton. Pero la Liga de la Justicia tiende al Erradicador y a los daxamitas una trampa genial en este número recién publicado en España, que les deja al borde de la derrota, derrota que supongo veremos el próximo mes. El guión de Venditti, un escritor que ya aprecié mucho en sus recientes números para Hawkman, es sencillo pero ingenioso, alejado de los enredos argumentales con los que nos torturaba Scott Snyder. El dibujo de Lopresti, sin ser magistral, es bastante bonito y ágil. Hay que seguir a Venditti, él recupera una forma de guionizar que se echaba de menos. 

jueves, 10 de septiembre de 2020

Un poema de Konstantino Kavafis





LOS DIOSES ABANDONAN A ANTONIO 

Cuando de pronto, a medianoche, oigas
pasar el tropel invisible, las voces cristalinas,
la música embriagadora de sus coros,
sabrás que la Fortuna te abandona, que la esperanza
cae, que toda una vida de deseos
se deshace en humo. ¡Ah, no sufras
por algo que ya excede el desengaño!
Como un hombre desde hace tiempo preparado,
Saluda con valor a Alejandría que se marcha.
Y no te engañes, no digas
que era un sueño, que tus oídos te confunden,
quedan las súplicas y las lamentaciones para los cobardes,
deja volar las vanas esperanzas,
y como un hombre desde hace tiempo preparado,
deliberadamente, con un orgullo y una resignación
dignos de ti y de la ciudad
asómate a la ventana abierta
para beber, más allá del desengaño,
la última embriaguez de ese tropel divino,
y saluda, saluda a Alejandría que se marcha.

Versión de Aurora Bernárdez


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