Hace 450 años, el 7 de octubre de 1571, se libró en aguas griegas una de las batallas más importantes de la historia del mundo: la batalla de Lepanto. En ella la Santa Liga, una escuadra combinada del reino de España, los Estados Pontificios y las repúblicas de Venecia y de Génova, se enfrentó al imperio turco. Se trataba, ni más ni menos, de defender la civilización cristiana occidental.
Honra a aquellos que lucharon en Lepanto, defendiendo su forma de vida, su libertad. Honra a los grandes jefes de la escuadra, como aquel Don Juan de Austria hermano del gran Rey Felipe II o como aquel Don Álvaro de Bazán que jamás perdió una batalla. Honra también a los simples soldados como el ilustre Miguel de Cervantes, que en Lepanto quedó manco, que luego estuvo preso en Argel y que después escribió una de las novelas más importantes de la historia de la literatura. Gloria eterna a aquellos marinos.
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