Cae la luz de otro día
y te preguntas
qué sombra se alza
de presagios funestos.
Presientes muerte
aunque nada lo indica,
y algo en tu entraña
a la tumba te llama.
O tal vez solamente
es un deseo de quietud
tan hondo que confundes
con un quererte muerto.
Te cubre el sueño,
sueño sin sueños,
y así tu deseo
es satisfecho.
Abrazas esa muerte
hecha de sopor.
Que la definitiva
así sea, deseas.
© José Alfonso Pérez Martínez, 2010
buen poema de verso claro y hondo tan tuyo
ResponderEliminarUna reflexión profunda y bien lograda a base de jugar con el léxico y su significado. Me ha gustado mucho.un abrazo
ResponderEliminarComo ya te dije en tu nota feisbukiana me gusta José......
ResponderEliminarLos vivos, que somos solo muertos de permiso parece que no tenemos derecho a ese momento, quizás sea este pellejo el que se pudre porque la energía ni se crea ni se destruye, se transforma, y por eso seguiremos siendo parte de este maravilloso universo.
BRAZOS AMIGO
Muchas gracias, amigos.
ResponderEliminarEs bellísimo este poema, José Alfonso, con una musicalidad envidiable. Si la muerte me pilla dormida bien venida sea. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Rosario, tú sí que escribes buenos poemas. Un abrazo!
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