Portada del nº 1 de la edición original americana
El mejor cómic que he leído hasta ahora este mes es "Angela: Asesina de Asgard", que reúne los primeros seis números de la edición original yanqui. Angela es un personaje creado por el guionista Neil Gaiman para "Spawn", la serie de Todd McFarlane. Luego McFarlane y Gaiman entraron en juicios por los derechos sobre el personaje (resulta curioso, todo sea dicho, que McFarlane, que fundó junto a otros la editorial Image precisamente como protesta o reacción por la falta de reconocimiento de los derechos de autor por parte de las grandes editoriales, no reconociera los derechos de Gaiman sobre Angela). Tras darle la justicia la razón a Gaiman, éste vendió su personaje a Marvel Comics. Marvel metió a Angela en los "Guardianes de la galaxia", el grupo de aventureros espaciales comandado por Starlord. Ahora han decidido darle una serie propia, otorgándole al personaje unos orígenes que la inserten más en el universo Marvel. La han hecho, pues, hija de Odín, hermana por tanto de Thor, el dios del trueno. Separada de Asgard casi desde su nacimiento, y criada en Heven, el reino de una raza de mujeres guerreras (las "ángeles"), Angela vuelve a Asgard por primera vez en milenios, justo cuando Freiya, la mujer de Odín, está a punto de volver a dar a luz. Los problemas vendrán cuando Angela reaccione al nacimiento de la nueva princesa asgardiana de una manera inesperada, poniéndose en contra a todo Asgard.
Esta historia convierte a Angela en una especie de versión marvelita de Wonder Woman: si WW (en su más reciente encarnación) es hija de Zeus, Angela lo es de Odín. Y ambas se han criado con una raza de mujeres guerreras. Sería muy interesante leer un crossover Marvel-DC que las enfrentase. Angela resulta una aportación fascinante al "subuniverso" asgardiano de Marvel. Estos primeros seis números presentan una historia llena de grandeza, muy bien guionizada por Kieron Gillen. Los dibujos de Phil Jiménez, legendario dibujante de DC, ahora trabajando para Marvel, son elegantes y dinámicos, y los de Stephanie Hans, portadista y dibujante de las historias secundarias insertas en cada número, son auténtico y bellísimo arte. Un cómic muy recomendado para quienes amen las historias en las que el honor y el valor tengan principalísima relevancia.
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