Mireia Belmonte no es sólo la mejor nadadora de la historia de nuestro país. Es un ejemplo de trabajo y superación. Una catalana que hemos hecho nuestra, murciana de adopción. Estudia Publicidad y Relaciones Públicas en la UCAM, entrena duramente, la sentimos como una de los nuestros, como alguien que se esfuerza no sólo por ser la mejor en su deporte, sino por labrarse un futuro para después, para cuando su carrera deportiva acabe. Es, ya digo, una de los nuestros. Por eso si alguna vez -aunque no creemos que tal día pueda, alguna vez, llegar- nos enteraramos que se ha dopado sentiríamos que se nos ha traicionado casi de modo personal. No como cuando un deportista que nos gusta nos falla, sino casi como cuando lo hace alguien de nuestra familia. No creemos, repito, que eso pueda llegar a pasar. No lo creemos y nos duele imaginar un día así. Porque queremos a nuestra Mireia, y queremos seguir viéndola como es ahora: esforzada, trabajadora, limpia.
Mireia Belmonte con compañeras de estudio
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