Servio Sulpicio Galba, emperador de Roma del 8 de junio del año 68 al 15 de enero del 69, fecha de su muerte
El historiador Suetonio nos cuenta en su Vidas de los Césares que, gobernando Nerón el imperio romano y siendo Servio Sulpicio Galba gobernador de la Hispania Tarraconense, estaba este último un día en Cartagena (Carthago Nova, entonces), impartiendo justicia -una de las tareas encomendadas a los gobernadores provinciales- cuando recibió noticias de la rebelión de Víndice en las Galias, y una carta de este animándole a rebelarse también contra Nerón. Galba subió a su tribunal, colocando ante sí el mayor número posible de retratos de personas condenadas y asesinadas por Nerón, deploró la situación del momento y, aunque era aclamado ya como emperador, se declaró únicamente legado del Senado y del pueblo romano. Luego alistó legiones y tropas auxiliares y se rodeó de hombres notables y sabios para que fueran sus consejeros. Después envió edictos por las provincias instigando al pueblo a sumarse a la rebelión contra el tirano. Desde Cartagena se dirigió luego a Clunia, donde estableció su cuartel general. Tras esto, al poco, falleció Víndice y Galba pensó en abandonar, pero Nerón fue entonces asesinado en Roma y al ver que todos le volvían a aclamar como emperador aceptó esta vez el título, dirigiéndose luego a la capital del imperio.
Como vemos, en nuestra ciudad, Cartagena, tuvo lugar el inicio del curso de sucesos que acabó convirtiendo a Galba en emperador de Roma. Este Galba era descendiente de aquel que luchó en Hispania contra Viriato, y según Suetonio dio muchas pruebas de ser un príncipe excelente, sobre todo si le comparamos con Nerón, su antecesor, aunque Suetonio también destaca que despertó odios y rencores, por los que acabó siendo asesinado.
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