Retrato de Lope de Vega por Juan Van der Hamen (c. 1630).
Félix Lope de Vega y Carpio
(1562-1635)
Nació en Madrid en una familia humilde. De gran inteligencia, a los cinco años sabía leer en latín y en castellano. A esa misma edad escribía versos. A los once o doce componía comedias. Estudió con los jesuitas y luego en la universidad de Alcalá de Henares, aunque no logró allí ningún título. En 1583 se alistó en la marina, combatiendo en la batalla de la isla Terceira. Fue a la cárcel acusado de difamar a una dama que le había abandonado por otro. Reincidente, fue condenado a destierro. En 1588 raptó a su primera mujer, Isabel de Urbina, hija de un pintor de la Corte. Participó en el desastre de la Gran Armada o Armada Invencible, enrolado en uno de los barcos.
De 1588 a 1590 vivió en Valencia. De 1590 a 1592 en Toledo, y luego sirvió en la corte del quinto duque de Alba, en Alba de Tormes, hasta 1595. En 1594 murió su mujer, Isabel de Urbina, tras dar a luz. En 1595 cumplió los ocho años de destierro de la Corte y volvió a Madrid. En 1598 se casó de nuevo, con Juana de Guardo. Vivió en Madrid hasta 1603, en que pasó a Sevilla. Tuvo numerosas amantes, e hijos de ellas, además de los hijos habidos en sus matrimonios: un total de quince descendientes. En 1612 murió Carlos Félix, uno de sus más queridos hijos, y en 1613 murió su segunda esposa, también tras dar a luz, como la primera. En 1614 decidió ordenarse sacerdote. En 1627 ingresó en la Orden de Malta. Murió en 1635. Fue uno de los más grandes autores, en cantidad y en calidad, de la literatura española de todos los tiempos.
Varios efectos del amor
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, moral, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde, animoso,
No hallar, fuera del bien, centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso,
Huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;
Creer que un cielo en un infierno cabe,
dar a la vida y el alma un desengaño;
esto es amor. Quien lo probó lo sabe.
Soneto de repente
Un soneto me manda hacer Violante;
en mi vida me he visto en tal aprieto,
catorce versos dicen que es soneto,
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y aún parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aún sospecho
que estoy los trece versos acabando:
contad si son catorce, y está hecho.
Vivas memorias, máquinas difuntas
Vivas memorias, máquinas difuntas,
que cubre el tiempo de ceniza y hielo,
formando cuevas, donde el eco al vuelo
sólo del viento acaba las preguntas.
Basas, columnas y arquitrabes juntas,
ya divididas oprimiendo el suelo,
soberbias torres, que al primero cielo
osastes escalar con vuestras puntas.
Si desde que en tal alto anfiteatro,
representaste a Sagunto muerta,
de gran tragedia pretendéis la palma;
mirad de sólo un hombre en el teatro
mayor ruina y perdición más cierta,
que en fin sois piedra, y mi historia es alma.
Vivas memorias, máquinas difuntas
Vivas memorias, máquinas difuntas,
que cubre el tiempo de ceniza y hielo,
formando cuevas, donde el eco al vuelo
sólo del viento acaba las preguntas.
Basas, columnas y arquitrabes juntas,
ya divididas oprimiendo el suelo,
soberbias torres, que al primero cielo
osastes escalar con vuestras puntas.
Si desde que en tal alto anfiteatro,
representaste a Sagunto muerta,
de gran tragedia pretendéis la palma;
mirad de sólo un hombre en el teatro
mayor ruina y perdición más cierta,
que en fin sois piedra, y mi historia es alma.
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