El actor James Mason en el papel de Bruto, en el Julio César de Mankiewicz (1953)
BRUTO
y las mismas ha deseado
que jamás llegara.
Observa los unánimes hierros
hundiéndose en la carne de César,
dejando rosas de sangre en su toga.
La estatua de Pompeyo parece que sonriera,
y es una algarabía de sillas en desorden
la sala de los padres conscriptos.
Le conminan ahora a unir
su gesto asesino al de los otros.
Escucha el "tu fili" con dolor,
mas hace lo que hace por la república.
Se enjuga una lágrima,
y al pueblo acude para justificarse.
Escucha gritos: "¡Noble Bruto!",
mas Antonio ya prepara el discurso
que habrá de convertirle en proscrito.
Engrosará en el infierno dantesco
la nómina de los traidores.
Un bardo en lengua bárbara
le hará personaje de tragedia.
Innumerables actores le pondrán rostro.
La humanidad no olvidará nunca
el noble y mancillado nombre de Bruto.
-José Alfonso Pérez Martínez, 28 de octubre de 2013-