DE CÓMO ARTURO DESPIDIÓ A LOS EMBAJADORES DE BIZANCIO
Reinaba Arturo en Britania, y era la mejor época de su reinado, sofocado todo foco rebelde y mantenidos a raya los invasores, cuando se presentaron en Camelot un grupo de embajadores venidos de Constantinopla. Exigían de Britania, la antigua provincia de Roma, el pago de tributos. Esto fue lo que Arturo les contestó:
"Hace más de un siglo que las águilas de Roma abandonaron esta isla. Hace más de cincuenta años que la ciudad de Roma cayó en manos de los bárbaros. Britania ha debido de aprender a defenderse sola y a salir adelante sin la ayuda de los romanos. Reconozco que Constantinopla es la heredera de Roma, como lo reconoció aquel Odoacro cuando envió los signos del poder de Roma a Constantinopla. Pero Constantinopla, aunque sea heredera de Roma, aunque sea en verdad Roma, no puede exigir sumisión o tributo voluntarios a las tierras que abandonó a su suerte. Si vuestro señor el emperador Justiniano desea tributo de Arturo de Britania, que venga en persona a recaudarlo. Pero que venga acompañado de sus legiones, pues Arturo de Britania no dará una moneda ni un solo saco de grano de buen grado. Decidle esto a vuestro señor, e id en paz."
Así habló Arturo, en la cúspide de su gloria, a los embajadores de Bizancio.
-José Alfonso Pérez Martínez, 19 de diciembre de 2016-
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