Cien años de soledad empieza con un padre llevando a su hijo a ver el hielo. Melania Jacoby empieza con Melania, la protagonista, que es un poco bruja, llevando a su hijo a "ver los ruidos". Me encanta que Melania Jacoby tenga esos toques de realismo mágico: los signos, las premoniciones, los misteriosos sucesos.
En la web de La Casa del Libro hay quienes ensalzan esta obra valorándola con cinco estrellas. Otros la degradan otorgándole sólo una. No merece ni una cosa ni otra. Es una buena novela cuyo mayor atractivo, seguramente, reside en esos momentos de magia y en los personajes, sobre todo en esa Melania atrapada entre las obligaciones heredadas de su familia y posición, por una parte, y las pasiones que se encienden en su pecho y la quieren conducir a otros rumbos, esa Melania fuerte y frágil a la vez que rechaza y a la vez anhela el sentirse poseída, dirigida. Una leona dulce en el amor y terrible en la defensa de los suyos y en la venganza.
Pero no sería justo con la autora si mi amistad con ella no me dejara señalar los defectos de la obra, que los tiene. Sobre todo, me parece, en los diálogos, a veces poco naturales, o en la forma un tanto apresurada de narrar, de cambiar de escenarios o días. Son defectos, en cambio, que no pueden opacar lo atractivo de la trama, una saga familiar como las de Faulkner, como Las catorce hermanas de Emilio Montez O´Brien de Oscar Hijuelos, como la monumental Cien años... de García Márquez, como Abierto toda la noche de David Trueba... Defectos que no restan un ápice de atractivo a los personajes, atrapados en conflictos heredados y en otros creados por ellos mismos, por sus respectivas personalidades o intereses, en el convulso marco de la Europa de entreguerras, entre conflictividad social, ascenso de los fascismos, lujo y miseria.
Ni cinco estrellas ni una, entonces, pero sí tres y media, claramente, tal vez cuatro. Un destacado notable, en mi opinión, para Susana Pérez-Alonso.
MELANIA JACOBY
Autora: Súsana Pérez-Alonso
1ª Edición: Editorial Funambulista, 2010
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