¿Pueden dos espíritus dialogar salvando la barrera del tiempo? Se me ocurre que sí, tras leer El último amor del príncipe Genghi, el pequeño cuento con el que Marguerite Yourcenar, escritora del convulso siglo XX, se acercó a la monumental obra de Murasaki Shikibu (siglo XI), Genghi Monogatari para darle un final, o para ser un poco Shikibu, sin dejar de ser Yourcenar.
Groussac o Borges, escribe éste en su inmortal Poema de los dones... Yourcenar o Shikibu, también, entonces. Shakespeare o Saxo Gramático, Joyce u Homero, Nietzsche o Heráclito, Bukowski o Fante, Cernuda o Kavafis, Borges o Sturlusson, Yourcenar o Adriano...
Cada escritor es él mismo y muchos. O él mismo y algunos, mejor...
(Nota publicada originalmente en Que no amanece nadie el 4 de junio de 2010)
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