La tarea del héroe

La historia del hombre ha sido en gran parte la historia de su lucha contra la naturaleza. El héroe representa en su origen esa lucha: vence al monstruo, que simboliza esas fuerzas primigenias que impiden el avance del hombre, de la civilización. El primer héroe, Gilgamesh, y su amigo Enkidu, vencen a Humbaba, el gigante monstruoso del bosque de los cedros. Heracles vence a la hidra de Lerna y al león de Nemea, Perseo a Medusa, Teseo al minotauro, Meleagro al jabalí de Calidón, Edipo a la esfinge. Los caballeros medievales vencen al dragón, o a los malos caballeros que usan su fuerza para abusar de los débiles. Con el nacimiento de los Estados en la Edad Moderna, civilización equivale a Estado, y el héroe que se sacrificaba por la civilización ahora lo hace por el Estado, por su continuidad e independencia: es Winkelried, que se abalanza contra las lanzas enemigas para garantizar la independencia de Suiza, son los españoles fusilados en 1808 que pintara Francisco de Goya. Luego, los héroes fueron los que se enfrentaron a los dragones del siglo XX, esto es, a las dictaduras fascistas y comunistas.