El buque escuela español Juan Sebastián Elcano está a punto de llegar a Filipinas. Los filipinos son o deben ser para los españoles hermanos. En 1565 el español López de Legazpi, fundador de Manila y de Cebú, y el jefe indígena Datu Sikatuna mezclaron un poco de sus respectivas sangres con vino y luego lo bebieron. Este pacto de sangre, presente aún en el escudo de la provincia de Bohol, representa no sólo la expresión de la fuerte amistad personal entre López de Legazpi y Sikatuna, sino el hermanamiento, para siempre, de España y Filipinas, más allá de la pérdida del imperio o de cualquiera otra circunstancia. Espero que la tripulación del Elcano sepa transmitir el afecto del pueblo español a aquel lejano (pero lejano sólo en kilómetros) pueblo hispano.
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