"Bodas de sangre", de Federico García Lorca

"La obra trágica es una cosa pura y redonda, encaminada a un fin" 

Francisco Rodríguez Adrados

Hay tres grandes momentos en la historia del teatro trágico: en primer lugar, los tres grandes trágicos de la Grecia antigua (Esquilo, Sófocles, Eurípides), luego Shakespeare y, por fin, García Lorca. Y todo es lo mismo: El palacio de Atreo en Micenas linda con Elsinore y con  los secanos donde vive La Novia. 

Aunque intento que mi vida esté continuamente regida por la razón hay una parte (muy profunda) de mí que ama estas historias en las que los personajes son arrastrados por las pasiones y por algo en lo que no creo: el fatum, el destino. Por eso he disfrutado mucho estos días con la versión fílmica del Macbeth de Shakespeare protagonizada por Fassbender y Cotillard (la vi en la apertura del Festival Internacional de Cine de Cartagena), con la lectura de Los siete contra Tebas de Esquilo y con este Bodas de sangre de García Lorca, la mejor tragedia, tal vez, del último gran trágico. Hay, por cierto, una versión fílmica reciente de Bodas de sangre, titulada La novia, que está cosechando muy buenas críticas. Habré de verla. 

Un poema nuevo y dos más antiguos

Os dejo mi último poema, escrito hoy mismo, y dos más antiguos, espero que os gusten.


"Y el atrida a sus huestes
mandábalos que se purificaran,
y ellos, en efecto, se lustraban
y echaban a la mar las impurezas"

Homero, Ilíada


Basta con contemplar el mar,
un día de suave oleaje,
para calmar el corazón.
Cada ola que lame la orilla
es para la mente agitada
bálsamo suave cuando llega,
y al desvanecerse se lleva
cada pesar y cada sombra.
El mar lava de los humanos
cada mal, asevera Eurípides.

JAPM, 27 de julio de 2011

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COMO GACELAS HERIDAS Y SOLAS

Saber de qué voz viene la luz,
Saber de qué silencio viene la sombra…
Encontrar caminos en la carne,
Senderos en un vientre,
Y perdernos, cuando sus ojos nos falten
Para hallarnos senderos en el bosque…
Heridos como gacelas solas,
Tendernos bajo estrellas lejanas,
En noche fría,
En mitad de la espesura…
No hallar sino silencio,
Y un dolor sordo en el costado…

JAPM, 10 de enero de 2010

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ÁSPID QUE HOY ENTRE LOS LILIOS MORA

-Se han usado, modificándolos, los siguientes versos extraídos de sonetos de Don Luis de Góngora:
“Volcán desta agua y destas llamas fuente”
“Del áspid que hoy entre los lilios mora”
“Que escollo es, cuando no sirte de arenas,
La dulce voz de un serafín humano”-

Cuando sentí en mi alma
El amor por vez primera
Por tenerla yo penaba,
Pues amor lo amado busca,
Que suele ser su contrario,
El volcán de su agua
Y la fuente de sus llamas…
Y así de esta manera
Ni dormía ni velaba,
Que escollo es, o sirte de arenas,
La dulce voz de la persona amada.
Y aunque es hoy ese amor
Como áspid entre lilios,
De tan quieto y sosegado,
Como el Guadiana es amor,
Que brota lo mismo
Que se pierde y aflora…
Sé que veneno de esa cobra
Queda para mí de sobra…

JAPM, 5 de mayo de 2000

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