Víctor, el niño de Masterchef Junior 2 que dijo que todas las chicas saben limpiar muy bien se equivocó, pero no porque, como le dijeron, hombres y mujeres sean iguales -ésa es una de tantas estupideces del pensamiento políticamente correcto- , sino porque no existe la igualdad, ni aún dentro de un mismo sexo, sino una perfecta diversidad: hay mujeres que limpian muy bien y mujeres que son un desastre en ello, al igual que hay hombres que limpian muy bien y hombres que no podrían limpiar bien una cocina o un baño ni aunque su vida dependiera de ello. El pobre Víctor pretendía, estoy seguro, desde su inocencia, hacer un elogio, erróneamente, al calificar a todas las mujeres como buenas limpiadoras, y fue no menos erróneamente corregido. El error de Pepe Rodríguez, el chef que le corrigió, fue mayor que el del niño, al castigar las palabras del niño y no ver su buena intención. En educación es importante corregir con suavidad si la intención al errar es buena, y sobre todo que las palabras con que se corrija al niño no le induzcan a otro error. Ayer no se supo ver la buena intención y se le dijo, para corregirlo, que hombres y mujeres somos iguales, cuando ni dentro de un mismo género lo somos: error sobre error.
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